Dominique Strauss-Kahn pasó de todopoderoso jefe del FMI al banquillo de los acusados. Desde hoy se lo juzgará en Francia por su presunta participación en fiestas sexuales con prostitutas. En el llamado “caso Carlton”, el tribunal de la ciudad de Lille acusa a Strauss-Kahn y a otras 13 personas de proxenetismo organizado.

Este delito es interpretado ampliamente en Francia y abarca también la prostitución pagada por terceros u organizada en fiestas sexuales. Strauss-Kahn (65 años, conocido como “DSK”), admitió haber participado en fiestas con chicas en París, Washington y Lille, pero asegura que no sabe nada acerca de pagos a cambio de sexo.

El abogado defensor argumenta que las prostitutas no eran reconocibles, pero los investigadores en Lille consideran que Strauss-Kahn estaba al tanto de que las chicas cobraban por sus servicios.

Calculan que el juicio se extenderá hasta el 20 de febrero. Junto a Strauss-Kahn deberán responder dueños de burdeles y hoteles y empresarios. El caso toma el nombre de Carlton, un hotel de lujo.

En el inicio del juicio, el tribunal rechazó solicitudes para excluir a la opinión pública, algo que había sido pedido por ex prostitutas que se presentan como querellantes.

El proxenetismo que se está juzgando en Lille puede ser condenado en Francia con penas de hasta 10 años de cárcel. También son posibles multas de hasta 1,5 millón de euros.

La carrera del ex ministro y ex jefe del FMI quedó interrumpida hace unos cuatro años. Strauss-Kahn iba a ser candidato a la presidencia por los socialistas franceses en 2012, pero una empleada de un hotel de Nueva York lo acusó de violación. Con ella llegó a un acuerdo extrajudicial, pero del caso de las fiestas no pudo zafar.