NOUVELLE
BIOGRAFÍA
CÉSAR AIRA
(Mansalva – Barcelona)
Se dice que Cesar Aira piensa sus libros como un continuo donde mezcla fantasía y divagación. Si bien en apariencia Biografía sigue esas premisas, una lectura más profunda revela en medio del absurdo trazos de un mundo íntimo y realista.
El protagonista se llama irónicamente Biografía por ser el único que nunca escribió una autobiografía. Su trabajo es hacer con palabras “enumeraciones caóticas” hasta que se jubila y quiere abarcar con pensamiento el espacio del tiempo, la vida y la memoria. Ese pensar analítico y obsesivo se materializa en un tren que choca en una estación. En principio esta catástrofe es un hecho insólito: un vagón queda perpendicular a las vías y suspendido en el instante previo a caer directo sobre Biografía que lo observa desde abajo. Todo parece avanzar por ese camino fantástico, hay una búsqueda arqueológica para desenterrar trenes prehistóricos, un imán hemisférico que todo lo atrae, un bosque encantado.
Sin embargo es posible que el sentido sea otro. Biografía lo insinúa cuando dice: “La historia podía reconstruirse con un mínimo de imaginación, ayudándose con su naturaleza alegórica” y “si había un modo de expandir el instante, no estaba en el futuro sino en el presente”. En este punto difícil no pensar en “El milagro secreto” de Jorge Luis Borges. Igual que Hladík usa su memoria en ese año de gracia antes de ser fusilado, Biografía aprovecha la caída inminente para salir del flujo de la realidad a fuerza de ideas. El cuento de Borges dice “procura afirmarse en la sustancia fugitiva del tiempo” y el pensamiento de Biografía le hace caso: adquiere consistencia y desplaza lo temporal a otro plano. Es decir, ese mundo fantástico es el reflejo de su pensamiento. La vanguardia estilo Duchamp típicamente airiana cede su lugar a la influencia borgeana.
Incluso lo explica: “La clave para que las enumeraciones caóticas salieran realmente bien era que no tuvieran un eje, que no hubiera ningún concepto o clase que pudiera subsumir a sus miembros y éstos retuvieran su completa independencia, irreductible a cualquier reunión, como elementos del universo lejanos unos de otros. ¿Pero de qué universo? Llegado a ese punto había que rendirse a una evidencia primordial: todos pertenecían al mundo lingüístico de su mente. De modo que un decodificador habilísimo, inhumano, podría encontrar datos muy precisos sobre él”.
Se sabe que a Aira no le gusta dar entrevistas, se conoce poco sobre su vida. A lo mejor la explicación sea que decidió escribir el resto en sus libros. En ese sentido Biografía funciona como ese descodificador y su lectura como la clave para descubrir el sentido de su proyecto literario.
© LA GACETA
Verónica Boix