Son 88 las bellezas de todo el mundo que aspiran a la corona de Miss Universo, pero todas las expectativas argentinas están puestas en nuestra representante, la cordobesa Valentina Ferrer.
A los 23 años, la joven pidió que el público vote por ella en su cuenta de Twitter (@Valenferrer19u) para recibir apoyo y quedar entre las 15 finalistas. “Me veo con todas las posibilidades de ganar, siento que estoy en un mundial de fútbol”, le dijo a la emisora de su provincia, Cadena 3. En su presentación, la segunda de cinco hermanos, recordó que se crió en una casa de montaña sin gas. “Me volví amante de la naturaleza”, explicó.
La Argentina tiene como antecedente una sola coronada en el certamen: Norma Beatriz Nolan ganó el concurso en 1962. Ferrer, con sus infartantes medidas de 90-60-91 y 1,78 metros de altura, cuenta con chances según los expertos.
Para lograrlo, deberá competir con otras fuertes candidatas, tres de ellas de América Latina. Miss Colombia, Paulina Vega, aparece en principio como favorita, en especial luego de que el organizador del certamen, Donald Trump, publicó un tuit en su cuenta con un mensaje de apoyo a la colombiana, que fue interpretado como un inapropiado respaldo explícito a su postulación. “Cuando lo vi, me dije: ‘Paulina, tú puedes, sigue trabajando’. Me llenó de energía, quiero que me lo diga en persona, uno no sabe si alguien le robó el celular”, afirmó divertida la modelo.
Otra aspirante de peso también llega del norte de sudamérica. Es Migbelis Lynette Castellanos, Miss Venezuela. “Estoy contenta, muy relajada, gracias a Dios. Tengo muchos ángeles alrededor que me dan mucha paz y tranquilidad”, afirmó. Y Miss Costa Rica, Karina Ramos, también es nombrada insistentemente. “Sueño todos los días con ponerme la corona. ¿Las principales rivales? Yo, yo y yo”, dijo.
Otra posible ganadora es Miss España, Desiré Cordero. “Transmito confianza, alegría, porque soy como soy, no sobreactúo. Ya es hora de que a España lo reconozcan como a un país trabajador, luchador, que se esfuerza y no sólo por un país que duerme la siesta, como dicen por ahí”, reclamó.
La disputa estuvo signada por controversias políticas y sociales. Entre las primeras tomó envergadura las peleas entre Miss Israel, Doron Matalon, y Miss Líbano, Saly Greige, luego de aparecer en una foto juntas, al punto que Trump pidió en público que “dejen de pelear” sobre el enfrentamiento entre ambos países. Y también volvieron a surgir las críticas por centrar el eje en el modelo de hermosura femenina, aunque formalmente se promocione como un concurso que premia además “la seguridad, la inteligencia, la elegancia, el porte y la pose, dando a las candidatas la oportunidad de convertirse en íconos de la belleza real en todo el mundo, a la vez que de colaborar como voceras de varias causas de bien común”. Una de las presiones fue para que se suprima el desfile en ropa interior, pero fue confirmado desde la organización.