Diego Lagomarsino (foto), el técnico en informática que trabajaba desde hace siete años con el titular de la Unidad de Investigación Fiscal AMIA, Alberto Nisman, fue puesto en el centro de la escena del caso por la Presidenta, Cristina Fernández, y por el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, entre otros funcionarios del PEN. Por decisión de la Justicia, el joven se encuentra oculto en un hotel de Buenos Aires, custodiado por la Policía Federal. Lagomarsino fue quien, el sábado a la tarde, se acercó a la torre Le Parc de Puerto Madero, donde vivía Nisman, para entregarle una pistola calibre 22, con la que -según las pericias. se ejecutó el disparo que acabó con la vida del fiscal. El lunes a la mañana, horas después de que se descubrió el hecho, Lagomarsino se presentó ante la Justicia y narró lo que había ocurrido. Según fuentes judiciales, prestó declaración testimonial entre llantos, y parecía consternado por el trágico episodio. Ayer, el matutino porteño Página/12 publicó un informe en el que aseguraba que, a través de una tercera persona, Lagomarsino desmentía que alguna vez hubiese participado como agente secreto del Servicio de Inteligencia (SI). “No tengo nada que ver ni jamás conocí a Jaime Stiusso”, habría mandado a decir el técnico en informática, cuyo alto contrato dentro de la Unidad Fiscal de Investigación AMIA también es objeto de polémicas, ya que facturaba por mes $ 40.000 como monotributista. En ese texto, se indica que Lagomarsino le habría acercado el arma al fiscal a pedido suyo. “(Nisman) me dijo que era por seguridad. Que el día anterior lo había llamado Stiusso y le dijo que se cuidara de la custodia y que, además, tuviera precaución con la seguridad de sus hijas”, señala Página/12. La fiscal a cargo de la causa por el deceso de Nisman, Viviana Fein, todavía no ha definido cuándo citará a declarar al experto de 35 años. A la puerta de su oficina, en rueda de prensa, la fiscal describió que Lagomarsino pudo ingresar sin mayores restricciones porque “iba muy seguido”. “Sólo tenía que anunciarse en el registro de visitas y si el doctor Nisman lo autorizaba, (los custodios) le permitían entrar”, relató Fein. La presidenta, Cristina Fernández, pidió a través de Facebook que este joven sea “protegido”. Más tarde, Aníbal Fernández, secretario general de la Presidencia, puso la lupa sobre él. “Hay demasiadas cosas ligadas a este personaje (Lagomarsino), que tienen que ser explicadas a la Justicia”, aseveró Fernández.