Para un adecuado manejo de enfermedades, lo conveniente es que el productor tome medidas preventivas. Las buenas decisiones se reflejan en el momento en que se eligió la variedad a sembrar, al realizar rotaciones de cultivo, y al aplicar los curasemillas indicados por los técnicos, que son aptos para cubrir los problemas fúngicos que se dan al inicio del cultivo.
“Cuando ya nos encontramos en el medio del cultivo y las enfermedades aparecen nos queda el control químico, por lo cual debe hacerse desde temprano el monitoreo. La recomendación que damos desde nuestra institución es monitorear, al igual que lo hacen para saber de la presencia del picudo negro, la presencia de orugas desfoliadoras, la presencia de malezas resistentes” comentó Daniel Ploper, director de la Estación Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) a La GACETA Rural.
“Es por ello que los productores y sus técnicos deben volver a entrenarse para detectar la presencia de la enfermedad en sus primeras etapas y poder decidir los productos necesarios que se aplicarán para el control de la plaga, y en especial, si aparece la ‘roya (de la soja’), una enfermedad, junto con la ‘mancho ojo de rana’, que limitan la producción del cultivo de la oleaginosa”, añadió el técnico.
Ploper explicó que, en etapas posteriores del cultivo con enfermedades de fin de ciclo, detectar la presencia del inoculo también es importante, aunque aclaró que “para las etapas iniciales del cultivo, el monitoreo es fundamental para decidir el momento de aplicar y estar con las maquinas listas para aplicar los fungicidas que sean necesarios”.
“Debemos seguir de cerca a los cultivos, sobre todo, cuando entremos en las primeras etapas de su ciclo reproductivo con monitoreos periódicos, y estar preparados para pulverizar en tiempo y forma, ya que las enfermedades como ‘mancha ojos de rana’ y ‘roya’ que aparezcan en esas etapas, nos pueden llegar a sacar muchos kilos en el rendimiento final”, concluyó.