Sebastián Paz es panadero y está internado en terapia intensiva en el Centro de Salud. Una bala calibre 11.25 le destrozó un pulmón y los médicos debieron extirpárselo para salvarle la vida. Fue víctima de un asalto en el que, según informó la Policía, le robaron unos $ 500. Su estado de salud es crítico, pero sus parientes dijeron anoche que permanecía estable.

El robo ocurrió ayer alrededor de las 8 en un almacén ubicado en avenida Francisco de Aguirre al 2.000. Paz había estacionado el camión en el que cumple con su habitual reparto cuando fue atacado por dos asaltantes que circulaban en moto. “Estaba yendo a tomar el colectivo cuando vi a dos hombres que iban en una moto negra que pasaron mirando; ya se veía que era algo extraño. Después doblaron y volvieron hasta donde estaba el camión. Ahí, asaltaron a los chicos”, señaló Cintya Abdala.

Esta versión acerca de cómo habría sucedido el asalto se complementó con las declaraciones del almacenero Pedro Benzal. “Los chicos vienen todos los días a la misma hora. Estaban dejando el pan cuando dos hombres en moto los amenazaron con un arma y le pidieron que les entreguen la plata”, explicó.

La víctima que estaba acompañado por su compañero de reparto, de acuerdo con la versión oficial, accedió a entregarles el dinero pero después de eso se produjo un enfrentamiento en el que el panadero resultó gravemente herido. “Cuando le entregó la plata, su compañero forcejeó con uno de los vagos (por los ladrones) y ahí se sintió el disparo”, agregó Benzal.

Luego del forcejeo Paz quedó tirado en la vereda del almacén. Mientras que los asaltantes huyeron rápidamente en la motocicleta dejando caer uno de los cascos que estaban utilizando. El almacenero dijo que llamaron al 107 para solicitar una ambulancia, pero como demoraba mucho -según dijo- decidieron subirlo al camión del reparto y llevarlo al Centro de Salud. “Como el otro repartidor no sabía manejar, subí con ellos para conducir. Apenas llegamos lo llevaron al quirófano porque estaba muy grave”, dijo el almacenero.

Otros comerciantes entrevistados dijeron que los robos suelen ser habituales en esa parte de la ciudad y que, a pesar de los patrullajes de la Policía, la zona es insegura.