Habiendo escrito sus bitácoras fuera del país, Rodrigo Mieres, uruguayo de nacimiento, y Emanuel Molina, de origen cordobés, decidieron aceptar al que hoy llaman el mayor desafío de sus carreras: subirse al barco de un Atlético que navegó por aguas peligrosas sin suerte.
“Venir a la Argentina a jugar es un desafío importante para mí. Ahora hay que tirar para adelante”, sostiene el lungo Mieres, que se presenta como marcador central acostumbrado a jugar por derecha o izquierda y también con línea de tres. Si por Mieres fuera, ya estaría en Salta con el resto de sus nuevos compañeros.
“Esto es fútbol. Sé lo que pasó acá pero ahora se viene un campeonato complicado que es todo un desafío, y por eso me decidí por jugar en Tucumán”, afirma Rodrigo luego de haber pasado la revisión médica.
Minutos después, al hotel donde habitualmente se concentra el “Decano” en la provincia, llegó Molina. Pese a haber vivido en Turquía, Portugal y Colombia, su acento está intacto. “Por ahí en el fútbol argentino en general no me conocen ya que fuie muy chico a jugar afuera. En este momento tenía ganas de volver al país, se dio esta propuesta y la acepté”, cuenta un poco de su vida el volante mixto.
Molina dice sentirse cómodo en cualquier sector del mediocampo. “Por izquierda, el medio, por derecha o de enganche, me da igual. Me acoplo a las circunstancias”, aclara y confía en haber tomado la decisión corecta al fichar por Atlético. “Estoy contento de estar acá”, jura y sigue: “me comentaron lo que pasó, pero hay que empezar de cero y proponerse cumplir la meta que no se pudo concretar antes”.
Mires y Molina partirán hoy a La Linda. Azconzábal los espera.