CHILE.- Si la llegada a Bolivia fue difícil, el regreso a Iquique fue tan extremo y peligroso que despertó críticas encarnizadas entre los pilotos. Uno de los más indignados fue Ignacio Casale, quien pese a recuperar el liderazgo en Cuatris, estalló contra los organizadores.
“Lo pasé muy mal. Tengo ganas de irme a casa, es un martirio. Casi me cae un rayo encima”, se quejó el chileno, sorprendido por una tormenta eléctrica en el altiplano boliviano. “Ya perdió la gracia el Dakar y me da lo mismo el resultado y todo. Si mañana (por hoy) llueve simplemente no parto, es una inseguridad total. Vi que corría peligro mi vida. Me tuve que refugiar en una casa de un boliviano con un piloto polaco”, contó Casale, quien sufrió quemaduras en la pierna al entrarle combustible en una de sus botas. “Llegué llorando a la meta por el dolor y no había ambulancia. Estoy un poco cansado y harto de todo esto”, se despachó el trasandino, y redondeó: “acá quieren que arregles la moto con dos destornilladores, un alicate y un par de metros de alambre. Este Dakar ha sido muy malo”.
El ganador de la etapa fue el cordobés Jeremías González Ferioli (4° en la general), seguido por el propio Casale y el uruguayo Sergio Lafuente. Rafal Sonik, escolta de Casale, llegó 9°.