Ni siquiera se llegó a la mitad de la carrera y ya es cosa juzgada la debacle oficial de Mini y la insulsa presencia de Peugeot. Usted dirá, pero si en la clasificación de Autos hay tres Mini entre los cinco primeros. Es así, pero se trata de coches sin apoyo directo de fábrica, es decir, satélites llevados con mano maestra por particulares. Pero del poderoso team que hasta el año pasado dominó a gusto y paladar, poco y nada. Apenas la aplicada tarea del polaco Holowzyc, que da la cara después de las poco felices participaciones de Roma y de Terranova. ¿Peugeot? Volvió con equipo de estrellas y apenas Peterhansel resiste, aunque en un casi insultante 9° lugar para un múltiple campeón. Sainz, de golpe en golpe, y Déspres, bien gracias. Carreras son carreras, pero en el Dakar parecen bofetadas.