El Cardenalato es, en la estructura de la Iglesia Católica, el máximo grado de jerarquía. Concede a quienes lo ostentan, no sólo la posibilidad de ocupar los más altos cargos de la curia romana, que en la estructura organizatva de la Ciudad Vaticano son los equivalentes a los diferentes ministerios, sino que también otorgan la posibilidad de ser elegido Sumo Pontífice. No todos los cardenales tienen derecho a participar del Cónclave: según el derecho canónico, el derecho a voto se sostiene hasta los 80 años de edad. Pero eso no implica que no puedan ser elegidos como Papa.
Según las leyes de la Iglesia, un cargo eclesial debe ser renunciado cuando se cumplen 75 años. Una vez aceptada la renuncia, el actor puede elegir libremente el lugar de retiro en donde vivir el periodo de jubilación de las tareas pastorales, llamado en la iglesia el cargo emérito. Monseñor Villalba, siendo porteño y habiendo desarrollado el 70% de su vida social y pastoral en Buenos Aires, eligió fijar su residencia en nuestra provincia; con esta determinación ofrece ahora a la ciudad una distinción muy particular, pues ante el nombramiento de Cardenal, un Príncipe de la jerarquía eclesial vivirá entre nosotros. Pero además podemos decir que un “posible Papa” residirá aquí, en nuestra ciudad.
Será grato conocer de qué manera, Monseñor Villalba, a quien ahora se deberá nombrar con el modo Luis, Cardenal Villalba, se dispondrá a honrar nuestra provincia con su jerarquia eclesiástica a estrenar.