BUENOS AIRES.- La causa por el crimen de la adolescente Lola Chomnalez, asesinada la última semana de diciembre en Uruguay, quedó ayer sin detenidos luego de la liberación de un pescador detenido de quien se sospechó que había tenido algún tipo de vinculación con el homicidio.
La jueza de Rocha que instruye la causa, Marcela López, le tomó declaración al hombre, de 35 años, residente en Valizas, durante cerca de cinco horas y después lo dejó libre al no encontrar pruebas que lo vinculen con el crimen. También pudieron retirarse en libertad de los tribunales un conocido del pescador, una turista francesa allegada a él y el changarín de 50 años que encontró el cuerpo de Lola en la playa Barra de Valizas el martes pasado.
Por su parte, el abogado Gustavo Bordes, representante de Claudia Fernández, madrina de la víctima, y su marido, Hernán Tuzinkevich, consideró que en poco tiempo más sus clientes “ya no van a ser investigados”.
Bordes afirmó que hay fotos tomadas por la pareja que “confirman absolutamente todas las declaraciones” de ambos respecto de lo que ocurrió, desde que el sábado pasado, cuando Lola llegó a Barra de Valizas para encontrarse con la familia, y el día siguiente al mediodía, cuando salió a caminar por la playa y nunca regresó.
Esas fotografías descartarían la hipótesis acerca de que la muerte de la adolescente pudo haberse producido antes del momento en que el matrimonio dijo que la chica había salido de la casa que alquilaba.
Dijo ser inocente
El pescador de 35 años que fue liberado ayer por la tarde había declarado su inocencia ante las cámaras de televisión cuando ingresó a la mañana a los tribunales para prestar declaración ante la jueza López. En ese breve contacto expresó su indignación por la situación en la que se vio envuelto, al considerar que la justicia uruguaya “está buscando un chivo expiatorio”.
“Yo soy un pescador, vivo tranquilo. Están buscando un chivo expiatorio”, manifestó el acusado, al canal de noticias TN, antes de prestar declaración. Cinco horas más tarde, se retiró del lugar “libre y limpio”, dijo a los periodistas, y consideró que la justicia de Rocha dejaba mucho que desear.
El hombre salió en medio del tumulto de la prensa junto a una mujer de nacionalidad francesa que había sido citada a declarar porque supuestamente lo había escuchado decir que tenía una relación con una joven llamada Luna, el segundo nombre de Lola. Tanto el pescador como esa mujer subieron a un patrullero notoriamente enfadados con policías y periodistas.
Lola había llegado el 27 de diciembre a Barra de Valizas, a unos 270 kilómetros al este de Montevideo, para pasar unos días junto a su madrina y la familia de esta, pero al día siguiente salió a caminar por la playa y desapareció. Dos días más tarde su cadáver fue hallado enterrado en la arena y luego se determinó que murió por asfixia y presentaba cortes en el cuello. Desde entonces, fueron detenidas varias personas, entre ellas el marido de su madrina, pero todos fueron liberados. (DyN)