El consumo de agua potable crece en Tucumán durante el verano, en sintonía con las tórridas temperaturas. Por lo tanto, en el inicio de cada etapa estival, los recursos hídricos de la provincia se ponen a prueba. Según las autoridades locales, el suministro de agua para consumo humano está garantizado en el verano, pese a la fuerte sequía que hubo entre octubre y noviembre. Ocurre que las lluvias registradas a mediados de diciembre, en la zona de la cuenca de Trancas, al norte de Tucumán, permitieron que el nivel de agua del dique El Cadillal, el principal embalse de la provincia, se recupere y alcance los 591 metros sobre el nivel del mar (msnm).
El subdirector de la Dirección de Recursos Hídricos de Tucumán, Aníbal Comba, explicó que la cota actual del embalse es normal para la época del año, aunque admitió que no es la ideal. Sin embargo, remarcó que la provisión de agua para consumo residencial está garantizada. “El nivel actual es el mínimo operable. Lo que se espera a partir de ahora es que se normalice el período de lluvias. Entre enero y marzo, el dique debería llenarse a 607,50 metros sobre el nivel del mar, que es la cota a la altura de vertedero. Todo indica que hasta marzo se llenará”, indicó.
Para abastecer a los habitantes del Gran San Miguel de Tucumán, El Cadillal eroga 2.000 litros por segundo de agua diarios. “Pese a que la cota se encuentra al mínimo operable, este volumen está asegurado, porque el río Salí cuenta con esa cantidad de agua en su caudal”, subrayó Comba.
La situación en el dique Escaba, el otro embalse de agua con el que cuenta la provincia, es más favorable. El funcionario explicó que esta represa, ubicada en la localidad de Juan Bautista Alberdi, alcanzó niveles de agua más elevados que los previstos para esta etapa del año. “En noviembre, el dique estaba al mínimo operable, a causa de la sequía. Pero con las tormentas de mediados de diciembre recuperó sus registros normales. La cota subió seis o siete metros en un día, por lo que a esta altura se está llenando antes de lo previsto”, afirmó.
Sin lluvias en el norte
En noviembre pasado, la empresa Hidreléctrica Tucumán divulgó un informe de medición de la cota de El Cadillal. Según los datos obtenidos por la compañía, el lunes 27 de octubre de 2014, el nivel de agua era de 597,44 msnm. El domingo siguiente era de 596,64 msnm, es decir había bajado casi un metro en una semana, uno de los registros más bajos en 20 años.
En sintonía con estas cifras, el director de Recursos Hídricos de la provincia, Desiderio Dodde, afirmó que la etapa más crítica de 2014, como consecuencia de la sequía, se registró durante los tres últimos meses de la zafra azucarera, que finalizó en noviembre pasado. “En este período se superponen las erogaciones para consumo residencial, para la industria y para el riego. Ahora, en el verano, al no haber actividad industrial, las reservas disponibles pemitirán garantizar la provisión de agua potable”, subrayó.
El funcionario advirtió que el principal problema para mejorar la cota de los embalses locales, en particular de El Cadillal, es la falta de lluvias en la cuenca de Trancas. “El aporte de las precipitaciones ha disminuido en la zona norte de la provincia. Por eso, los ríos que alimentan al dique no logran recuperarse. Esperamos que el ciclo de lluvias del veranos permita completar los niveles de agua de los embalses para cuando se reanude la actividad industrial”, remarcó.
Los habitantes del Gran San Miguel de Tucumán consumen unos 3.000 litros de agua por segundo, según estimaciones oficiales. Unos 2.000 litros por segundo son provistos por El Cadillal. La industria azucarera, en tanto, demanda alrededor de 15.000 litros por segundo de agua diarios.