Ansis Rosmanis
“No tengo la sensación de que sea Navidad ¡Me faltan el frío y la nieve!”
Como quien hace girar un mapamundi y posiciona el dedo en un destino que elija el azar, a Ansis Rosmanis le toca pasar la Navidad en Tucumán. Nacido en Letonia, no es la primera vez que pasará la Nochebuena lejos de casa, pero sí es la primera vez que lo hace en el hemisferio sur. Por eso, no termina de asumir la época. “He vivido siete años en Canadá, pero es la primera vez que estoy en Navidad con calor ¡Me faltan el frío y la nieve!”, dice Ansis mientras toma mate en un hostel de la calle Laprida. Antes de estar en Tucumán, anduvo en Brasil y la última ciudad que visitó fue Sao Paulo. “Había un movimiento intenso en los centros comerciales, muchas compras, locura. Yo quería estar en un lugar más tranquilo en esta época, quizás porque sea Navidad...”, cuenta el joven de 29 años. Hace cuatro meses que está de viaje, de los cuales tres estuvo recorriendo Brasil. Habla un curioso “portuñol”, una mezcla de portugués y español con la que se hace entender muy bien. Y además de practicar el idioma, dibuja rostros en una pequeña libreta. “Son las personas interesantes que voy conociendo en el camino y que quiero de alguna manera conservar”, explica. Todavía no tiene planes para Nochebuena, pero seguro celebran y hacen un brindis con los otros pasajeros del hostel. Y sí, con su familia hablará por teléfono, aunque para él todavía no sea Navidad.

Lucía Palenzuela
La distancia se hace notar en esta fecha, pero las ganas de conocer ganan la batalla
Hace cuatro meses que la tucumana Lucía Palenzuela (a la izquierda en la foto) emprendió un viaje a Europa, África y América del sur con la francesa Maylis Mercat, su compañera de ruta. Ahora están en Fortaleza, Brasil, a donde llegaron desde Senegal en un pequeño velero, una travesía que duró tres semanas. El objetivo de su viaje es recorrer esos tres continentes en bicicleta mientras proyectan documentales sobre energía alternativa. “Navidad para ambas es importante y sabemos que estamos lejos de nuestras familias así que vamos a poder saludarlos por Skype. Pensamos que íbamos a pasar Navidad en el barco... pero llegamos antes por suerte. Se extraña mucho la familia, más en estas fechas te das cuenta de la distancia. Aunque también se tiene la sensación de adopción y la curiosidad de conocer otras navidades”, cuenta esta tucumana dedicada a la producción audiovisual. Es la tercera Navidad consecutiva fuera de casa (las anteriores fueron en Francia y España), pero aún así la fecha la sensibiliza y extraña la familia. Cuando mantuvo su charla con LA GACETA, acababa de dejar el velero que la trajo desde África hasta América del Sur en una aventura impensada, junto a otras tres personas. “Nos contactamos a través del sitio www.bateau-stop.com, uno sólo paga la comida y ayuda a manejar... y deja que el viento lo lleve”.

Bernardo Martín
Sinceridad extrema: lo que más va a extrañar es la comida de la mesa navideña 
En febrero se va a cumplir un año desde que Bernardo Martín (22 años) partió desde Tucumán a Nueva Zelanda. Estuvo siete meses en ese país, donde trabajo primero en el campo y después en un centro de ski. Ahí empezó el otro viaje: India (en la foto está en Varanasi), Tailandia, Laos, Vietnam y ahora Camboya (acaba de llegar a la ciudad de Siem Riep). Sí, extraña a la familia, pero hay otra cosa que le tirá más que nada: “¡lo que más me toca es el tema de la comida! (se ríe). Vengo a arroz y noodles (fideos) hace unos meses y pensar en las comidas que se van a servir en la mesa en mi casa es lo que más duele jaja. La familia... se extraña, claro, ya llevo afuera 10 meses, pero estamos en contacto así que será una experiencia distinta. Tendré más navidades para pasarla con ellos”, dice el estudiante de Derecho. “Acá en Camboya el 95% de los habitantes son Budistas, por lo que la Navidad acá pasaría desapercibida si no fuera por el turismo occidental. Acabo de llegar a Siem Reap y desde el colectivo vi que está toda la ciudad adornada y llena de luces con carteles en inglés deseando feliz Navidad y Año Nuevo. Eso sólo pasa en esta ciudad de Camboya ya que es donde se encuentra el Angkor Wat, considerada la octava maravilla del mundo, y la cantidad de turistas que esto atrae hace que la navidad parezca una fiesta local”, describe.