En “El último Maradona”, el libro que escribieron Andrés Burgo y Alejandro Wall, sobre la participación de Diego Maradona en el Mundial de Estados Unidos ‘94, Dallas es llamada “la ciudad maldita”. La tercera ciudad más grande del estado de Texas es en donde el 10 y toda la delegación argentina reciben la noticia de que los resultados del control antidoping habían dado positivo.
Muchos ni siquiera conocían Dallas. Para varios fue la primera vez y con semejante golpe recibido allí mismo, no les quedó otra que relacionar sus paisajes con el desastre futbolístico y emocional.
Más abajo en el continente -mucho más abajo- a Atlético le sucederá algo similar con Mendoza. Una de las ciudades más lindas de la Argentina es la “ciudad maldita” para Atlético después del desempate jugado hace pocos días con Huracán.
El “decano” perdió una final en tiempo suplementario y mientras la herida ni siquiera comenzó a cicatrizar, ya sabe que deberá volver al lugar de los hechos. El sorteo del fixture de la temporada 2015 marcó que hará su debut en Mendoza.
No importa que no sea en el estadio Malvinas Argentinas, sino en el de Gimnasia. La sensación será la misma. La provincia cuyana fue designada como escenario neutral y equidistante entre el “globo” y el “decano”. Y mientras que los ascendidos esperan con ansias visitar a Godoy Cruz en Primera para reencontrarse con las montañas y los viñedos de la felicidad, los que seguirán en la B Nacional se agarraron la cabeza al ver salir la bolilla de su rival.
El equipo de Juan Manuel Azconzábal tomará las cosas donde las dejó. Allá por el fin de semana del 14 y 15 de febrero, el colectivo que traslade al plantel desandará el camino de la ruta 38, pasará por Catamarca, La Rioja y luego agarrará la ruta 150 para llegar a tierras cuyanas: primero San Juan y después Mendoza.
Allí donde Luis Rodríguez, su máximo goleador en actividad, aún no pudo hacer goles. Así de mezquina fue Mendoza para Atlético.
Hasta el debut de local y ante su gente, casi quedó de lado. Atlético recibirá a Central Córdoba de Santiago el fin de semana siguiente. Las miradas se clavaron en ese primer partido. Sin siquiera mirar a su rival, todo pasa por Mendoza, la “ciudad maldita”.
Para colmo, en el edificio de AFA el clima era festivo. Las celebraciones de fin de año tuvieron lugar en medio del sorteo y las copas se alzaron de manos de todos los representantes.
Hugo Cervantes, el apoderado legal del “decano”, estuvo allí pero sabía que en su caso había poco que festejar.
Ni siquiera levantó ese ánimo sabiendo que en las primeras nueve fechas, Atlético jugará contra seis equipos recién ascendidos, en teoría accesibles: Gimnasia, Central Córdoba, Villa Dálmine (fecha 4), Atlético Paraná (fecha 5), Brown de Puerto Madryn (fecha 6) y Chacarita (fecha 9).
El resto será más de lo mismo. Un larguísimo camino a Primera que incluirá 42 paradas. Ya no habrá 10 ascensos. Atlético deberá sobresalir para tomarse revancha y sacarse el mal trago y la mala vista de esa derrota con Huracán y esa visita a Mendoza, una ciudad que le trae malos recuerdos.