Después de siete años de un clima nocturno enrarecido durante la Navidad y el Año Nuevo, pareciera que Tucumán vuelve a la normalidad. O lo más parecido a ella. Desde que entró en vigencia la ley que imponía el tope horario a las 4AM, en 2006, muy pocos boliches se arriesgaban a abrir sus puertas durante las Fiestas. Entonces, durante siete años, la noche fue patrimonio de las fiestas ilegales en lugares alejados.

Hay entusiasmo, hay opciones para todos los gustos. Este año los boliches se van a animar a abrir sus puertas y, al mismo tiempo, habrá fiestas en salones, casas y clubes. Los que estén bien de papeles, harán que la noche dure hasta las 6; los que no, se jugarán a que el IPLA decida cuándo se termina la fiesta.

“Hasta hace algunos días había mucho entusiasmo por abrir. Diría que un 70% de los boliches lo iba a hacer. Ahora ese número ha disminuido; estimamos que un 50% de locales bailables abrirán sus puertas esta Navidad”, dijo Rodolfo Di Pinto, presidente de la Cámara de Discotecas de Tucumán. La reducción, explicó, se debe a cuestiones económicas: “es una fecha especial en la que tenés que pagarles un extra a los empleados, entre un 50% y 100% más que lo habitual. Al mismo tiempo, la noche es más corta y hay mucha competencia de fiestas en hoteles o casas particulares”, dijo el propietario de uno de los boliches más tradicionales de Banda del Río Salí. En su opinión, será una noche tranquila.

Javier Farhat, dueño de uno de los boliches más emblemáticos de Yerba Buena, ya lo tiene decidido: va a abrir en Navidad, aunque con ciertas dudas. “Hay algo de incertidumbre, pero vamos a abrir. Sabemos de muchas fiestas clandestinas que son una competencia desleal, pero esperamos que el IPLA actúe”. Farhat coincide con Di Pinto en que alrededor de la mitad de los boliches abrirán durante la Nochebuena. “Principalmente los que tienen espacios al aire libre, que es lo que busca la gente en estas ocasiones”, señaló.

Una fiesta auspiciada por una reconocida cerveza internacional es uno de los eventos privados que más ruido está haciendo. Será en Yerba Buena, en una casa con un jardín enorme, carpas, una pista comercial y otra electrónica. Según Diego Zamudio, uno de los organizadores, está todo en regla y, por lo tanto, tienen que respetar las disposiciones vigentes, principalmente de terminar a las 6 y dejar de vender alcohol a las 5.

“Hay mucho entusiasmo con la fiesta, pero no queremos que se nos vaya de las manos. La idea es que todo el mundo esté cómodo y relajado y el espacio al aire libre es fundamental para eso”, dijo el organizador. Al igual que los boliches, piensan abrir las puertas alrededor de la 1.30, porque la noche -con tope extendido y todo- sigue siendo corta.

El IPLA comenzará sus operativos a la 1 del jueves, con ocho móviles en toda la provincia y el 80% de su personal afectado, informó Daniel Sosa Piñero, interventor del organismo. “Este año, con un gran número de boliches que van a abrir, nuestro diagrama operativo se modifica. Los años anteriores apuntábamos casi exclusivamente a los afters y fiestas clandestinas, y ahora se nos suman las discotecas”, dijo el funcionario. Además de recorrer los boliches abiertos, el IPLA visitará las direcciones en las que años anteriores se realizaron fiestas. Sosa Piñero insistió en que los lugares que hayan solicitado el permiso eventual para hacer fiestas también deben respetar la normativa actual: cerrar a las 6 y dejar de vender alcohol a las 5.