El diario del lunes, ese que usted está leyendo ahora mismo, suele ser traicionero. Parte de un refrán conocido en el fútbol, permite actuar, opinar u omitir con los sucesos ya consumados. Un ejemplo de ello es la cantidad de jugadores tucumanos o de otras provincias que pasaron por Atlético o por su rival de toda la vida, San Martín, y que terminaron ascendiendo esta temporada.
¿Los dirigentes no supieron retener a los jugadores necesarios? ¿Los entrenadores dejaron ir a los equivocados? ¿No se les dio la chance a los jugadores locales? ¿Faltó algo de astucia para seducir a los de la vereda de enfrente?
Estas preguntas surgen justamente cuando los resultados ya están puestos pero pueden ayudar a graficar que ni la suerte estuvo del lado del “decano”.
La cantidad de jugadores tucumanos o ex Atlético o ex San Martín que sí ascendieron permiten hacer un equipo entero que formaría así: Lucas Ischuk (Sarmiento); Nahuel Roselli (Temperley), Deivis Barone (San Martín de San Juan), Juan Cabrera (Crucero) y Nicolás Dematei (Crucero); Diego Calgaro (Crucero), Silvio Iuvalé (Sarmiento), Matías Ballini (Colón) y Nicolás Olmedo (Crucero); Martín Andrizzi (Sarmiento) y Lihué Prichoda (Colón).
Es necesario analizar la particularidad de los casos en algunos de ellos: Roselli es el único que jugó la temporada pasada. El resto jugó en Atlético (si es que lo hizo) la temporada 2012/13 hacia atrás.
Tales son los casos de Ischuk, Barone y Ballini. Los dos primeros admitieron haber cumplido un ciclo y por eso se fueron. El caso del volante fue diferente: Atlético quiso retenerlo pero se fue seducido por la oferta de Central en Primera. Luego, recalaría en Colón.
Los dirigentes responderán: “varios de los que se fueron tampoco ascendieron” y no dejará de ser cierto pero a la hora de armar un equipo virtual, este es bien particular.