“La producción de limón y sus derivados se destina principalmente a la exportación, y los mercados son muy exigentes en cuanto al cumplimiento de normas de calidad y a los límites permitidos de residuos en el producto final”, manifestó Hernán Salas, quien agregó que la solución no pasa sólo por el descubrimiento de nuevas fórmulas o combinaciones de herbicidas, sino porque sus componentes estén registrados en Senasa, no sean restringidos en el país de destino y se utilicen de manera tal que no persistan en cantidades mayores que las aceptadas en esos mercados y que son muy variables entre ellos.
Según el coordinador del Programa Citrus de la Estación Experimental Agroindustrial “Obispo Colombres” (Eeaoc), los casi 30 años de empleo excluyente del glifosato en las quintas cítricas, fue en desmedro del registro de otros herbicidas con este destino. “Actualmente contamos con muy pocos productos para manejar los actuales problemas de malezas, de los cuales algunos deben ser utilizados de manera preventiva (residuales), que es una práctica ya olvidada”, comentó.
“Es necesario aumentar la diversidad en los mecanismos de acción de los herbicidas y para ello, estamos realizando ensayos con nuevas moléculas, como indaziflan y flazasulfurón (ya registradas) y productos que son normalmente utilizados en otros países exportadores (cletodim, haloxifop, fluazifop, glufosinato de amonio, entre otros) pero que no cuentan con registro local. Por lo que a continuación y según los resultados, se deberán realizar las gestiones para lograr su registro, con todas las complejidades que este proceso implica”, señaló Salas.
Francisco Vinciguerra, de la Sección Manejo de Malezas de la entidad, manifestó que si bien sólo se registra una especie con un biotipo resistente (Echinochloa colona), son varias la especies tolerante a glifosato que son están generando problemas en Tucumán. Las primeras fueron diferentes especies de enredaderas y la Santa Lucía, a las que ahora se suman los Trichloris, la “rama negra” (Coniza bonariensis) y una gramínea dura de controlar, que es la Steinchisma laxa.
Vinciguerra, junto con Luciano Devani, quienes realizan los ensayos de campo, indicaron que la diversidad de especies problemas y la edad de la plantación determinan manejos diferentes, mediante el empleo de herbicidas, cuya eficiencia dependerá del estadio de la maleza y las condiciones ambientales. En los ensayos pudo observarse una particularidad en el caso del diuron, ya que si bien se trata de una activo residual y preemergente, para el control de Echinochloa colona fue eficiente, situación que no se repitió con las otras especies problemas. Si no podemos utilizar a ese herbicida, debemos controlarla antes que emerja mediante el empleo de oxifluorfen, otro residual.