“¿Hola, sí, Lucas? ¡Pero qué bueno papá! ¿Así que ganaste el premio? Sí, lo acabo de ver en LA GACETA en internet. Te felicito”. Palabras más, palabras menos, los numerosos llamados telefónicos que recibió Lucas Mohamed, apenas fue consagrado el “Mejor Deportista del Año” contenían el mismo mensaje. Ya sean amigos, familiares, conocidos, dirigentes del Turismo Nacional, pilotos, otros deportistas, todos quisieron transmitirle al piloto yerbabuenense su alegría por haber sido el elegido.
Así como Lucas fue uno de los últimos deportistas elegidos en llegar al hotel Sheraton (“se me complicó por el tránsito y la lluvia”, dijo), fue el último en irse. Cuando, trofeo en mano, se retiró del salón donde se hizo la ceremonia, ya el personal de limpieza estaba haciendo su trabajo. Acompañado por su familia, se fue a festejar, claro está, con un almuerzo casi cantado: con comida árabe. Y LG Deportiva lo acompañó (entre niños envueltos, kipe, puré de garbanzo, kafta y otras delicias).
La cita, programada en un local de pasaje Bertrés y Rivadavia, no sólo contó con una amena charla, sino también con la casi obligada ceremonia que debe repetir una figura reconocida del deportista. Esto es decir: firma de autógrafos, fotos, abrazos, besos, saludos, no sólo de los comensales sino también de los dueños del negocio.
Lo de los llamados no sólo tuvieron origen en Tucumán, sino también vinieron de distintas provincias. Y como un extra se anotan los mensajes de texto recibidos y los enviados a su página oficial mohamedcompetición.com.ar, por el servicio de WhatsApp y por las redes sociales. Entre ellos los de Hugo Paoletti (presidente de Apat), los corredores Pablo Ortega (entre numerosos colegas tucumanos), los cordobeses Facundo Chapur y Gabriel Fernández y el santafesino Emiliano Giacoponi.
Y a las muestras de afecto se sumaron reportajes radiales (de Mendoza, La Pampa, Villalonga, el Sur de Tucumán, entre otros) y televisivos, visitas al taller y pedidos para asistir a programas especiales y de interés general (como la que hará hoy al programa de la mañana de Canal 8).
“Pensé que luego de volver de Olavarría todo este frenesí iba a empezar a apaciguarse. ¡Pero este premio reavivó el fuego! Fue increíble, una locura, el teléfono no daba más, lo puse a cargar varias veces, ¡me la pasé hablando! Casi no dormí desde que volví, pensando en lo que pasó y en cómo voy a hacer para armar el Gold Trend. ¡Y me parece que a este ritmo voy a seguir igual, ja ja!”, contó el piloto con entusiasmo renovado.