PESHAWAR, Pakistán.- Al menos 132 estudiantes y nueve trabajadores de una escuela murieron en la ciudad pakistaní de Peshawar, en un ataque de talibanes armados que cometieron la peor matanza en el país en años. Más de ocho horas después de que los milicianos ingresaron en el fortificado complejo por una puerta trasera, el Ejército declaró concluida la operación para eliminarlos, aseguró que los nueve insurgentes fueron abatidos.
El ataque contra una escuela administrada por el Ejército a la que asisten más de 1.100 personas, muchos de ellos hijos de personal militar, golpeó en el corazón de la poderosa institución pakistaní.
Niños heridos llevados a hospitales cercanos dijeron que la mayoría de las víctimas murió cuando los hombres, que llevaban chalecos con explosivos adosados a sus cuerpos, entraron en el complejo y abrieron fuego de forma indiscriminada contra niños, niñas y sus profesores. “Una de mis profesoras estaba llorando, recibió un disparo en una mano y lloraba de dolor”, dijo Shahrukh Khan, de 15 años, que fue baleado en las piernas pero sobrevivió al esconderse bajo un banco. “Un terrorista caminó entonces hacia ella y empezó a disparar hasta que dejó de emitir sonidos. Mis amigos estaban tirados heridos y muertos”, agregó.
Los talibanes, que buscan derrocar al Gobierno y establecer un estado islámico, se atribuyeron de inmediato la responsabilidad de la matanza. “Elegimos una escuela del Ejército porque el Gobierno está apuntando contra nuestras familias y mujeres”, indicó el vocero Muhammad Umar Khorasani. “Queremos que sientan el dolor”, agregó.
A la noche en Peshawar, una populosa y volátil ciudad junto a la frontera con Afganistán, las fuerzas de seguridad concluyeron la operación que duró más de ocho horas y en la que hubo duros intercambios de disparos.
Los talibanes afirmaron que los asaltantes llevaban chalecos con explosivos y se escucharon al menos tres explosiones dentro del establecimiento educativo en el peor momento de la masacre.
La policía trató de contener a los desconsolados padres que intentaban saltar un cordón de seguridad para entrar al colegio.
121 alumnos y tres trabajadores resultaron heridos. Un hospital local detalló que los muertos y heridos tenían entre 10 y 20 años. En el Hospital Militar Combinado del lugar, los pasillos estaban llenos de estudiantes muertos, y se podían ver las corbatas verdes y amarillas de los uniformes escolares asomando en las bolsas para los cadáveres. Los asaltantes, que según muchos estudiantes se comunicaban entre ellos en un idioma extranjero, posiblemente árabe, lograron sortear la fuerte seguridad porque al menos algunos de ellos vestían uniformes militares pakistaníes. Los pakistaníes, acostumbrados a ataques casi diarios, quedaron conmocionados por la magnitud de la matanza y la pérdida de tantas vidas jóvenes. La acción recordó el ataque en 2004 a una escuela en la ciudad rusa de Beslán por insurgentes chechenos, que concluyó con la muerte de más de 330 personas, la mitad de ellos niños.
Estados Unidos, aliado de Pakistán en su lucha contra los yihadistas que operan en ese país y en Afganistán, condenó el ataque. “Este acto de terror irrita y conmueve a todas las personas con conciencia, los responsables deben ser llevados ante la justicia”, afirmó el secretario de Estado, John Kerry. El presidente Barack Obama reiteró “el compromiso de Estados Unidos por respaldar al gobierno pakistaní en sus esfuerzos por combatir el terrorismo y el extremismo”. Y el primer ministro pakistaní Nawaz Sharif tuvo palabras duras: “Nos vengaremos por cada gota de sangre de nuestros niños que fue derramada hoy”, afirmó. El primer ministro de India, Narendra Modi, se comunicó con Sharif, para expresarle su pesar por el ataque perpetrado. Las conversaciones entre los gobiernos de Pakistán e India son sumamente escasas debido a conflictos territoriales e históricos.
Los talibanes afganos, que operan separadamente de sus vecinos pakistaníes, condenaron el ataque por ir “contra los fundamentos del Islam.” (Reuters-DPA)