Hace una semana, el museo Van Gogh, ubicado en Amsterdam, Holanda, decidió atenuar la iluminación de sus salas. La obra “Campo de lirios en Arlés”, realizada en 1888, había cambiado de color, lo que alertó a la comunidad artística: pasó de violeta a azul.
La perdida de intensidad de los colores de Van Gogh fue constatada por Ella Hendriks, restauradora principal del centro, en la famosa tela de los lirios. “Con ayuda del microscopio hemos observado que el pigmento rojo de los lirios ha ido desapareciendo por culpa de la exposición a la luz”, aseguró. El resultado es que las flores son ahora más azules que violeta.
Cecilia Barrionuevo es tucumana, especializada en la restauración y trabaja en el Museo Timoteo Navarro, y en el Museo de la Casa Histórica. Y le explicó a LA GACETA cómo funciona este proceso, que afecta mucho a las pinturas en esta ciudad, en particular, debido a la intensa humedad.
“La luz es energía. Y la energía cuando incide en la materia (sea cual fuere) provoca algún tipo de alteración a nivel estructural”, asegura. La experta reconoce que no hay una estadística sobre el estado del patrimonio en el museo. “Sí te puedo decir que en seis años, se van poniendo en valor cerca de 200 obras, algunas de ellas con intervenciones que han sido muy largas y complicadas”, añadió.
- ¿Cómo influye la luz en la pintura?
- Bueno, es energía. Si a ello sumamos la intensidad, como por ejemplo una mayor cantidad de luz dirigida a una pintura expuesta por varias horas, ésta irá produciendo “movimientos” interiores en la materia. Estos movimientos, si llegan a nivel atómico, pueden cambiar la estructura química de uno o varios pigmentos mezclados entre sí, modificándola físicamente. Es decir que visiblemente podemos observarla como un cambio o alteración del color. Los barnices, generalmente, hacen de barrera o filtro de la energía para evitar que lleguen a ocurrir estos cambios. Por eso es recomendable que las obras pictóricas tengan esta protección. La radiación ultravioleta suele ser la más peligrosa por su intensidad energética y se encuentra en los tubos fluorescentes (luz fría).
- ¿Afecta la temperatura?
- La temperatura es un agente de deterioro que, como otros factores (luz, humedad, contaminación y microorganismos), no actúa por sí sola (salvo la humedad), sino unida a otros. Esta produce la aceleración de los procesos de deterioro, cuando se une a la luz, la energía propia de esta se transforma en calorífica y el efecto es más rápido. Entonces, tenemos que la humedad más la temperatura provoca la proliferación de microorganismos hasta en sustratos impensables.
-¿Existen otros factores que puedan influir en una pintura?
- Las combinaciones de los agentes de deterioro pueden ser muy variadas y numerosas, y hay que estar preparados para combatirlos.
- La luz y la temperatura ¿influyen solo en el cambio de color o también en envejecer la tela o la propia pintura?
- Ambos factores pueden colaborar en la oxidación de la tela y por ende provocar su envejecimiento (rigidez y deformación). Es un proceso natural, pero se puede ayudar a retardarlo con condiciones óptimas de exposición o de guarda. Esto se logra controlando el ambiente con aparatos como aires acondicionados, deshumidificadores, humidificadores, extractores de aire que mantengan el aire en circulación.
- En la provincia ¿cómo estamos con estos temas? ¿Cómo nos afectan?
- En Tucumán existen todos estos problemas y acrecentados por las características propias de nuestro clima y la falta de recursos materiales o presupuestarios para resguardar el patrimonio. La humedad en exceso produce la disolución de los adhesivos que forman parte de la estructura matérica de la obra de arte y se observa generalmente en el desprendimiento de la capa pictórica. En ocasiones de inundación o caídas por filtración del techo, el agua provoca el desprendimiento y la pérdida en gran magnitud de la capa pictórica, si es pintura; puede llegar a deshacer determinados materiales si son esculturas, oxidarlos o provocar la proliferación de microorganismos e insectos o roedores en caso de obra con soportes orgánicos como tapices, alfombras y trajes. La humedad es el peor de los agentes de deterioro y el único capaz de actuar por sí mismo sin intervención de los demás.