Sostener la recaudación tributaria, en vísperas de un año electoral, es el principal objetivo de la Casa Rosada para no reajustar este año el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias para los trabajadores en relación de dependencia.

Especialistas consultados por LA GACETA explicaron que las actuales escalas salariales y las alícuotas que se aplican para calcular el pago del tributo no fueron actualizadas en relación a la inflación. Por este motivo, según coincidieron, el tributo alcanzó, en la actualidad, a asalariados con cargas familiares que apenas cubren el costo de vida.

Agustín Zeppa, coordinador de la Subcomisión de Impuestos del Colegio de Graduados en Ciencias Económicas de Tucumán (Cgcet), remarcó que las escalas salariales para calcular el pago de Ganancias permanecen sin cambios desde 2001, por lo que no fueron actualizadas en relación al aumento de los precios relativos de la economía. “De este modo, hubo trabajadores que no sólo quedaron alcanzados por el impuesto, sino que, además, fueron elevados a la máxima alícuota, que equivale al 35% del salario”, remarcó. Según el experto, esto se debe, no sólo a que las escalas están desactualizadas, sino a que los tramos entre una escala y otra son muy cortos.

Por su parte, el tributarista, Facundo Moreno, titular del Estudio Moreno y Asociados, aseguró que el Impuesto a las Ganancias debería alcanzar a los sueldos más elevados de la economía, y a los excedentes de las rentas. “Esa debería ser la naturaleza. Sin embargo, por efecto de la inflación, se desnaturalizó y, actualmente, alcanza a salarios de trabajadores que apenas cubren sus necesidades básicas”, advirtió.

Esquema complejo
Zeppa afirmó que desde la última corrección del mínimo no imponible de Ganancias (que en septiembre de 2013 pasó a $ 15.000 para los trabajadores casados) el sistema actual para calcular el pago del impuesto es complejo y genera situaciones de inequidad. Una de las más comunes, según precisó, es que en una misma categoría de contribuyentes hay algunos que pagan Ganancias y otros que no. “El que cobraba menos de $ 15.000 antes del 31 de agosto de 2013 quedó exento, mientras que el trabajador que percibe, desde el 1 de septiembre del año pasado, menos de $ 15.000 quedó alcanzado por el impuesto, ya que el mínimo es de $ 9.400”, argumentó.

Otra de las inconsistencias que mencionó Zeppa es que hay casos de asalariados que, con ingresos de $ 14.000 de enero a agosto de 2013, quedaron exceptuados del tributo, sin tener en cuenta las diferencias en las cargas familiares. “Ambos fueron considerados exentos de Ganancias, aunque uno de ellos sea casado y tenga hijos. Los montos de las deducciones deberían ser los mismos para todos, sin establecer distinciones en función de los niveles de ingresos”, insistió.

El especialista del Colegio de Graduados aseguró que al no considerarse en Ganancias los aumentos o las disminuciones de los sueldos, posteriores a septiembre de 2013, “mientras no se altere el esquema vigente se producirán estas situaciones injustas”. Por otro lado, remarcó que el cálculo del tributo es muy complejo porque se conjugan numerosas variables. “Se debería calcular trabajador por trabajador, para confirmar si por sus situaciones particulares corresponde la retención del impuesto o no”, añadió.

Los tributaristas consultados por nuestro diario coincidieron en que Ganancias tiene un efecto similar al del Impuesto al Valor Agregado (IVA), que grava actividades de consumo. Moreno, en ese sentido, consideró que, con los actuales niveles de salarios y de inflación, si a los empleados que trabajan en relación de dependencia se les redujera la alícuota de Ganancias, los montos excedentes se volcarían al consumo. “Esto, automáticamente, produciría una mayor recaudación tributaria mediante el IVA”, concluyó.