El intendente de la capital, Domingo Amaya, se refirió a la relación que mantiene con la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT), como consecuencia de que varias de las obras de agua y cloacas que la empresa estatal ejecuta en las calles de la capital quedan inconclusas. Si bien le bajó el tono a la polémica y dijo que “no existe” una cuestión política de fondo, admitió que, en muchas oportunidades, la Municipalidad capitalina debe terminar el trabajo inconcluso que deja la SAT cuando realiza obras en algunas calles de la capital.

Ayer, luego de firmar un convenio con el INTA para la promoción de huertas familiares, Amaya explicó el procedimiento administrativo mediante el cual el municipio le cobra a la empresa gerenciadora del servicio del agua por trabajos inconclusos y también por infracciones a la ordenanza municipal N° 2.108.

En la edición de ayer, LA GACETA publicó un informe interno de la Dirección de Obras Públicas Municipal (DOPM) mediante el que establecía que la deuda de la SAT para con el municipio por infracciones asciende a casi $ 7 millones.

“Es normal en nuestro funcionamiento terminar las obras que la SAT no puede concluir. Después, nosotros le facturamos esas obras. Ellos tienen muchas aperturas (en calles) y muchas veces no pueden cumplir con la reparación, entonces nosotros la reparamos y después le facturamos. Porque no podemos tener las calles abiertas. Es el caso, por ejemplo, de la calle Santiago donde tenemos un problema muy serio. En esa arteria estaba totalmente destruido el sistema cloacal y de agua. Los vecinos estaban sufriendo porque el agua servida llegaba hasta los edificios”, describió el intendente capitalino. “Por ese motivo hemos procedido a trabajar en este sentido y esa obra se la facturó a la SAT. En realidad son trabajos que tendrían que hacer ellos y nosotros debemos compensar después. A las obras inconclusas las terminamos haciendo nosotros”, agregó el jefe municipal.

“No hay nada político”
Por lo bajo, algunos funcionarios del Departamento Ejecutivo Municipal (DEM) abonan la teoría de que la SAT jugaría un rol importante en la interna política entre alperovichistas y amayistas. Incluso, los más osados, hasta llegaron a pensar que la empresa encargada del servicio del agua no repara “a propósito” las arterias cuando realiza una obra hídrica, para generar descontento y esmerilar la gestión municipal.

Amaya negó que exista una cuestión política que alimente la polémica. “No mezclemos las cosas. Nosotros venimos haciendo obras de agua y cloacas cuando nos dan las factibilidades y la SAT no tiene a veces la respuesta inmediata. Los vecinos le piden que vayan a realizar reparaciones y ellos no tienen la capacidad de dejar las calles en condiciones. Entonces, nosotros tenemos que solucionar el problema. El vecino necesita que le demos una rápida respuesta. Esto lo venimos haciendo desde hace 11 años”, remarcó.

Respecto a la deuda que la SAT mantiene con el municipio, Amaya aseguró desconocer el monto total. “La verdad que no sé. Salió hoy (por ayer) en el diario (LA GACETA) una nota sobre que la SAT nos debe $ 7 millones. Quizás sea más, o quizás sea menos. No es una cosa que la tenga siempre presente”, reconoció el intendente capitalino.

El gobernador, José Alperovich, también se refirió a la deuda. “Está bien, si hay que pagar, vamos a pagar”, se limitó a responder el mandatario tucumano.

Compensación
Durante la charla con periodistas, Amaya dijo que el municipio podría cobrarse la deuda a través de compensaciones.

“No necesariamente la SAT tiene que pagar la deuda. A veces se la puede compensar. Esto es una cuestión administrativa más que política, judicial o como quieran llamarle. Es un tema administrativo por lo tanto no estoy en el detalle”, concluyó Amaya.