Cada corredor es un mundo. Y eso ocurre también con su desayuno. Algunos toman leche, otros no. Hay quiénes prefieren las frutas al pan. Y están los apurados, que ni siquiera desayunan. Sin embargo, es harto conocido que el desayuno es la comida más importante del día. “Los deportistas no deben saltearla. Y debe ser energética. Es decir, tiene que cubrir entre el 25 % y el 30 % de la ingesta de calorías diarias”, dice la nutricionista Silvina Solano.

- ¿Cómo debe ser esa primera comida del día?

- Un buen desayuno tiene que contener vitaminas, minerales, hidratos de carbono, proteínas y grasas saturadas. De hecho, pueden darse el lujo de prepararse algo suculento, debido a que a esas calorías las van a gastar con facilidad.

- ¿Cuáles serían esos ingredientes?

- Tienen que comer frutas, que van a aportarles vitaminas, minerales y la hidratación necesaria. También son importantes los lácteos, porque son ricos en proteínas. Pueden ser en cualquiera de sus formas, como leche, yogur o queso untable descremado. Este último puede untarse sobre una o dos tostadas de pan integral. Por último, es recomendable que consuman hidratos de carbono de fácil absorción, como cereales, germen de trigo y avena.

- Pero con tanta comida después no podrán moverse...

- Lo ideal es que desayunen una hora antes de correr. Pero si se levantan media hora antes de salir, entonces no pueden hacerse una gran comida, porque van a sentirse pesados. En ese caso, deben comer la mitad de lo habitual. Puede ser una banana, una rodaja de pan con queso, dos o tres nueces y una infusión, como té verde, que es mejor que el café.

- ¿Qué hay que comer justo después de correr?

- Lo importante es hidratarse bien con agua, tomándola de a sorbitos, nunca de golpe. Las bebidas como el Gatorade también son necesarias, porque reponen las salas y los minerales perdidos. Dentro de las dos primeras horas, hay que comer una barra de cereal y tomar también un jugo de naranja (no la fruta, sino el exprimido de ella).