Si en el seleccionado tucumano hubo un jugador difícil de derribar, ese fue Matías Frías Silva. Para tacklear al centro de Tucumán Rugby hacen falta por lo menos dos personas, y por eso se presentó siempre como una buena opción para romper filas enemigas.
“No sé si esto fue premio a la regularidad. Yo siento que fuimos el mejor equipo a lo largo del torneo, más allá de este último partido. Tal vez no desplegamos el mejor juego, pero fuimos el más efectivo. Más allá de algunos momentos de duda, fuimos justos vencedores en los partidos que ganamos y justos perdedores contra Buenos Aires. En el balance general, somos justos campeones y nadie puede decir lo contrario”, sentenció el tres cuartos “verdinegro”, uno de los jugadores más regulares de la temporada en su club.
A diferencia del año pasado, esta vez pudo jugar el último partido desde el arraque, y aunque no sea lo mismo, tuvo algo de revancha por la final perdida en el Regional. “Este campeonato tiene un sabor totalmente distinto al del año pasado. A ese, honestamente, no lo disfruté. Estaba bastante desmotivado por algunas cosas personales que habían pasado, y quizás por la forma que tengo de vivir las cosas, siento que lo que me pasa afuera de la cancha se refleja en mi juego. Y por eso considero que el año pasado no fue bueno para mí, rugbísticamente hablando. Pero hoy es diferente y me siento muy contento. Gracias a Dios cambiaron muchas cosas de mi vida”, concluyó “Marrón”.