No se puede hablar de reencarnación, porque Aníbal Terán está vivito y coleando, tiene 34 años y hasta no hace mucho surcaba a toda velocidad los andariveles del Parque y de Marcos Paz. Sin embargo, el número 11 que veían los que trataban de atraparlo parece haber encontrado un legatario ideal: Augusto López Salas. Ambos nacidos en Tucumán Rugby, llegaron a ser piezas fundamentales del seleccionado tucumano mayor gracias a su velocidad endiablada y desequilibrante. Parece chiste que estos dos nunca hayan coincido en un partido de rugby.
“No nos cruzamos por poquito. Dejé en el Argentino 2011, que era a principios de año. Ya después no jugué el Regional”, comienza Aníbal. “Claro, justo ese año subí al plantel superior del club”, coincide “El Chino” López. “Pucha, de haber sabido que venía el ‘Chinito’...me hubiese encantado jugar con éste, con Juan León Novillo, con ‘Bedoyita’ (Jorge Domínguez), con los Frías Silva (Matías y Julio). Ahora que lo pienso, qué salame, hubiera tirado un añito más. Pero bueno, también ya estaba un poco cansado”, lamenta Aníbal.
Fue solo cuestión de tiempo para que aparecieran las comparaciones entre estos dos ejemplares con caja de seis velocidades.
- El ‘Chinito’ es más rápido de lo que era yo. Tal vez a los 20 podía correr un poquito como él”.
- No sé. Creo que te gano en los primeros metros y después me ganás vos.
- No, capaz que en algún momento de mi vida te podía competir, pero vos tenés más polenta que de la que tenía yo.
Son tan compatibles que en la fluidez de la charla se olvidan de la presencia del grabador. Y afloran historietas de mil colores, como la del origen de una de los alias de Aníbal: “Perro Enfermo”.
- “El apodo me lo puso el amigo ‘Turbulencia’ (Hugo Turbay, ex jugador de Tucumán Rugby y actual entrenador de Tafí del Valle RC) cuando estábamos en quinto grado, porque era chiquito y flaquito. Después en el club ya me decían ‘Perro’ nomás”.
- Tengo entendido que también te decían “Juan Carlos”
- Eso fue un invento del ‘Chino’ (Fernando) Allena. Allá por el año 2000 más o menos él jugaba conmigo, y a todo el que se equivocaba le decía qué Juan Carlos que sos. Pasa que su novia tenía un perro que se llamaba Juan Carlos, y cuando Fernando rompía un vaso por ejemplo, le echaba la culpa al perro. Y bueno, después empecé a molestar con eso en una gira a Sudáfrica y todos empezaron a usarlo.
Lo que Aníbal no sabía es que, 15 años después, el apelativo sigue siendo de uso corriente en Tucumán Rugby, y se utiliza cuando alguien se manda una macana. “A un compañero siempre le digo ‘Juanca’. Y ‘Bedoya’ (Nicolás Domínguez, uno de los entrenadores) también lo usa”, cuenta Augusto.
Volvamos al rugby. Tucumán tendrá la chance de levantar su corona argentina número 12 ante Buenos Aires, rival contra el que Aníbal tuvo una noche inolvidable en 2006, cuando le anotó dos tries que hoy se recuerdan.
“El que más recuerdo es uno que le robo la pelota a Francisco Merello. Le pido a la “Boga” (Diego Ternavasio) que patee al cajón para meter el pique, (Francisco) Merello va corriendo en dirección a su ingoal para alcanzarla y yo por atrás de él. Cuando la agarra, lo sorprendo por atrás, se la saco de las manos y me voy hacia el try. Se quería morir, ja ja”, retrata Aníbal. “Después del partido me agarra el videoanalista de ellos y me dice ‘¡esa no te la tenía vista!’. Me acuerdo que en el diario pusieron le robó la gallina”, agrega.
“Estaría bueno robar un par de gallinas ahora, ¿no?”, se ilusiona el “Chino”, que ya dejó de rodillas a Rosario en la final del año pasado con dos tries, uno maradoniano, y espera repetir contra las “águilas”. “Puede ser peligroso confiarse en las posibilidades. Por eso no pensamos en qué tiene que pasar para que seamos campeones. Hay que tomarlo como un partido igual que los anteriores, con la misma necesidad de ganarlo. Además, que Buenos Aires no tenga chances no significa nada. Es un equipo capaz de hacer cualquier cosa”, advierte López Salas.
Aníbal, que algo sabe del tema, coincide: “Contra Buenos Aires es un partido aparte, como todo clasico. No importa si venís bien o mal, es diferente. Por suerte se juega de local, el apoyo del público siempre es importante, así que ojalá se llene la cancha”.