Los fracasos no son frutos del azar, nunca. Todo lo contrario, siempre son la consecuencia de decisiones desacertadas y pasos en falso. Por ese motivo, hoy resulta imposible encontrar algo que esté firme en San Martín, un club de fútbol que por varios meses se quedará justamente sin fútbol.
Ayer el equipo hizo agua en la cancha y quedó afuera de un torneo en el que debía haber pasado a todos por encima -o al menos haberlo intentado- y abrochado la vuelta a la B Nacional, en un competencia que parecía un simple trámite. Pero no, hizo todo lo contrario y terminó más hundido que nunca. Igualmente, lo que se hizo o no dentro del campo, en este caso, es harina de otro costal.
Lo lamentable del caso es que ayer ni bien el equipo redondeó uno de los peores fracasos de los últimos años (junto con el descenso al torneo de la Liga), en La Ciudadela nadie dio la cara. Todos los integrantes del plantel y el cuerpo técnico miraron para otro lado en una actitud irrespetuosa hacia el hincha que lo siguió en cada presentación.
Ni una sola palabra
No bien Federico Guaymás Tornero pitó el final, los jugadores se retiraron del campo sin saludar a sus hinchas. Eso no fue todo.
Tras una espera de casi una hora, abandonaron el estadio sin hacer declaraciones. Nadie fue capaz de ponerle el pecho a la situación. Además, los encargados de prensa también brillaron por su ausencia. Sólo cuando los periodistas preguntaron que pasaba, explicaron la decisión que había tomado el plantel.
Luego del encuentro, la comisión directa se reunió en las oficinas del club y sus integrantes decidieron llamarse a silencio. ¿Y ahora? La pregunta se la hacen todos los hinchas. Pero nadie responde. El horizonte es negro.