La peña El Alto de la Lechuza se alza, como un vigilante encaramado en su atalaya, en la esquina elevada de Marco Avellaneda y 24 de Septiembre. Pareciera que desde allí custodia la tradición folclórica ante los avances que pudiera sufrir. Noche a noche, los fines de semana, refuerza su presencia con cantantes, músicos, bailarines y, sobre todo, amantes de la música tradicional argentina.
Hoy, a las 20.30, lucirá al costado de su puerta una distinción especial. La Municipalidad de la Capital la declarará de interés municipal y cultural y, aparte de la placa que se colocará para reivindicarla como la peña más antigua del país, muchos de los artistas que pasaron por allí recibirán un diploma de reconocimiento.
“Queremos afianzar a San Miguel de Tucumán como ciudad histórica para potenciar el turismo y hacer acciones para mantener la memoria colectiva y para fomentar los espacios de expresión con la idea de que la gente se apropie de ellos, y las nuevas generaciones mantengan la tradición”, explicó la secretaria de Políticas Culturales del municipio, Susana Montaldo. “En este tiempo de globalización es muy importante tener raíces; sin ellas, perdemos identidad y el rumbo hacia el futuro”, agregó.
La decisión emociona especialmente a Pedro Amanecido Aredes, hijo del fundador de El Alto..., que abrió sus puertas en marzo de 1940 y sólo tuvo un pequeño respiro entre 2012 y 2013. “Con mi hermana Eugenia hemos luchado por mantener firme la tradición, pese a las ofertas muy tentadoras que nos dieron para cambiar el rumbo comercial. No quisimos porque tenemos la satisfacción de poder brindar espectáculos fieles al espíritu de los Aredes, y compartir con los que vienen. Este es un reconocimiento muy importante, que nos hace abrir una nueva etapa y también es mérito de mi madre”, dijo.
Arrendatarios
Desde noviembre del año pasado, cuando se reabrió, el lugar está con una nueva administración, a cargo de los arrendatarios César Palavecino y de Maximiliano y Enrique Aguirre, quienes también aprovechan el espacio para cantar y tocar. “Está costando mucho el día a día, lo ideal es que todos los espacios estemos trabajando bien, pero es complicado”, admitió este último.
Palavecino, en tanto, reforzó la idea de mantener una apuesta firme, al punto que pretende transformar la peña en un centro cultural integral, donde se dicten clases y talleres. “Queremos que sea un lugar artístico y educativo integral, porque no vamos a lucrar con nuestros colegas músicos, sino a trabajar en conjunto”, sostuvo.
El impacto que tendrá la declaración municipal fue también reivindicado por Carlos Coronel, quien elogió la predisposición de Montaldo, que velozmente concretó la resolución administrativa. “Todo tiene un pasado, un presente y un futuro, y este reconocimiento a la peña es una manifestación de gratitud a un espacio cultural prestigioso. Hasta ahora, era conocido pero no estaba institucionalizado; desde hoy, se abre una nueva etapa, para caminar juntos rumbo al bicentenario, porque la peña integra el corredor histórico tucumano”, puntualizó.
La fecha elegida no es casual, sino que va de la mano del Día de la Tradición, de la cual el folclore argentino es su principal pilar.