Paulina Vinderman brilla una vez más con esta nueva entrega. La obra contiene un texto coherente en todos sus versos, ése que en el auténtico poeta nace del ejercicio y la sensibilidad. La poeta se cuela con naturalidad en nuestra lectura, vuelve a hablarnos, como amante, como ciudadana del mundo, como mujer. Ciruelo es un pueblo, “una patria escurridiza” (pag. 53) pero mucho más que eso. “Esta es la ciudad de los amantes, María. Diminuta, perdida en el corazón de un país, extranjero para los dos. No hay ciruelos en Ciruelo” (pag. 29). Poemas íntimos pero transferibles vinculados a la confesión textual pero de una singular lucidez y lógica poética. Vinderman emociona y sacude con un poemario lleno de vida que contiene entre sus páginas un collage de vivencias y reflexiones. Desde la primera composición, su voz emerge diáfana y concreta, sin dejar de ser visceral y misteriosa: “Sola, sobre un banco de madera, espero. La soledad es mi medalla, no la lealtad”. Cargado de un fuerte lirismo, Ciruelo alcanza al lector y lo mantiene en vilo, justamente, porque fue concebido para consentir a la poesía y saltar las fronteras. Tal como dice Proust, el verdadero viaje se hace en la memoria.
Poesía: CIRUELO - PAULINA VINDERMAN(Alción - Córdoba)
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