No le importó el riesgo que estaba corriendo. Lo pensó, sí, pero decidió ponerse en la situación del damnificado y decidió jugársela. Alejandro Ruiz Campo, un reconocido endurista de la provincia, se llevó una enorme sorpresa esta mañana, alrededor de las 8, cuando llevaba a su hija al colegio.
En su recorrido habitual, el polifacético deportista tucumano notó que sobre calle San Martín al 4.200 había una moto de enduro abandonada (una Honda CRF250 X), algo poco común para él. El hombre dejó a su pequeña en el colegio y volvió nuevamente donde había visto el rodado, que estaba en contramano y a un metro del cordón de la vereda, en plena calle.
Sin entender mucho, esperó cerca de 20 minutos para ver si alguien aparecía, pero nadie lo hizo. Entonces, decidió preguntar en distintas casas de la zona pero sólo recibió respuestas negativas. Fue en ese momento que se acercó hasta una obra que hay en el lugar y le preguntó a uno de los trabajadores si sabía algo. Y allí, lo que él pensaba en su cabeza, había pasado en realidad: la moto había sido robada.
"Al principio no entendía por qué estaba semejante moto estacionada en la calle y sin nadie a la par. Pregunté a unos obreros y me dijeron que el sereno de la obra les había comentado que durante la madrugada dos jóvenes pasaron en contramano intentando arrancarla, pero no pudieron y la dejaron allí. Fue en ese momento que comenzó mi temor por no saber qué hacer. No sabía si llevarla a la Policía o a mi trabajo. No me quería meter en problemas. Pero preferí no acudir a una comisaría por temor a que no aparezca más y me la jugué. Porque si a mí me pasa lo mismo, me muero", le comentó Alejandro a LA GACETA.
Decidido, llamó a un amigo y le pidió ayuda para trasladar la moto hasta su negocio. "Cuando llegamos a mi local la pusimos en la vereda con candado, le saqué una foto y subí la imagen a Facebook contando lo que había vivido", recuerda.
Entre cientos de comentarios que recibió, finalmente Alejandro pude dar con el dueño, que le contó cómo había ocurrido el robo. "Le pedí todos los papeles y me aseguré que era él. La cara de alegría del dueño era impagable. Lo que yo hice fue siempre pensando que si a mí me pasa lo mismo hagan lo mismo. Sé que fue arriesgado y me pude meter en problemas, pero me la jugué", contó Ruíz Campo.
El robo, a dos cuadras donde vive Alperovich
Esta madrugada, alrededor de las 4, dos delincuentes ingresaron a una casa ubicada en calle Crisóstomo al 4.600, a dos cuadras donde vive el gobernador José Alperovich. Allí, los delincuentes se llevaron, mientras todos dormían, una moto Honda CRF.
"Saltaron la tapia y abrieron el portón. Agarraron la moto y la empujaron unas siete cuadras hasta que se cansaron de no poder arrancarla y la dejaron tirada en San Martín al 4.200. Fue una impuniad tremenda lo que me pasó. Pero por suerte apareció Alejandro, al que le voy agradecer por siempre, y pude recuperar mi moto", contó Juan (no quiso dar su apellido por seguridad), el dueño del rodado, a LA GACETA.