Desde hoy, LA GACETA acerca a sus lectores la biblioteca Isabel Allende, una de las plumas más reconocidas y leídas de la Literatura Hispanoamericana. Con esta edición se entrega el primer volumen: “La casa de los espíritus”, exitosa obra que la premiada escritora chilena publicó en 1982 y que Hollywood llevó a la pantalla con una inolvidable producción encabezada por Meryl Streep. Como regalo, este primer libro llegará acompañado por un segundo volumen que incluye dos textos inéditos: el cuento “Los amantes del Guggenheim” y el breve ensayo “El oficio de contar”, un autobiográfico y personal, en el que la autora describe sus motivaciones a la hora de escribir y agradece a sus lectores por “tan sostenida fidelidad”.
Allende es una narradora entrañable, lectora enfermiza y creadora de historias de amor que unen el realismo mágico con la historia de América latina.
Nuestro diario continuará entregando las obras de Allende el martes 28 con “La isla bajo el mar”, a $ 44,90 cada volumen y opcional con el diario. La colección se irá completando con los títulos “Retrato en sepia”, “Inés del alma mía”, “Eva Luna”, “De amor y de sombra”, “Cuentos de Eva Luna” y “La hija de la fortuna”, entre otros.
La compilación de la editorial Sudamericana, en formato de 13 x 19 cm ¡es imperdible!
Varios de los libros han nacido de cartas, reflexiones y vivencias personales, como “Paula”, por ejemplo, que escribió en homenaje a su hija, que murió de porfiria, a los 28 años, en España. Aunque muchos estudiosos catalogan la obra en el género autobiográfico, la escritora dice que es más como una “memoria”, una colección de recuerdos más cercana a la ficción que a la realidad, aunque esta última la inspiró.
En las obras literarias, al igual que en los escritos periodísticos de Allende, el humor es infaltable. Lo aclaró en cuánta entrevista le hicieron, que le debe al periodismo el estilo de su escritura. “Por eso puedo ver la historia detrás de cada asunto”, admitió. Cuando era periodista, el resto de las personas eran su cuento; ella se sentía con derecho a tocar el timbre de una casa, meterse dentro y hacer preguntas, o detener a desconocidos en la calle para interrogarlo acerca de cosas personales.