Laura Di Marco, autora del libro “Cristina Fernández. La verdadera historia” asegura que el hecho de que alguna persona no sea hijo biológico de quien siempre creyó que lo fuera, es una historia común que se puede replicar en cualquier lugar del país y del mundo. Pero si esa misma historia la tiene como protagonista a la propia Presidenta de la Nación, la importancia de la anécdota cambia radicalmente.
En su paso por Tucumán, Di Marco fue invitada por la Fundación Federalismo y Libertad para que presentara su libro en el teatro del hotel Hilton Garden Inn Tucumán. En diálogo con LA GACETA, la periodista que trabaja en el diario LA NACIÓN contó como fue ese momento iniciático mediante el que decidió escribir el libro que, al igual que “La Cámpora”, promete convertirse también en un best seller editorial.
Cuenta que el dato sobre la verdadera paternidad de Cristina Fernández se lo dio un dirigente K mientras tomaban un café en un bar de La Plata. Ese encuentro fue el disparador que motivó a Di Marco a encarar el proyecto.
“La idea de contar la verdadera historia de la Presidenta nació en 2008, a partir del testimonio de un dirigente peronista, que en los setenta había estudiado junto a Néstor Kirchner. Y hablando sobre la crispación de la Presidenta, en plena pelea con el campo, este dirigente me dice: ‘¿sabés cuál es el drama de Cristina? Que el padre verdadero nunca la reconoció. El padre biológico no es Eduardo Fernández, el colectivero. Yo conozco a la familia del padre biológico; son de acá, de La Plata’”, explica la escritora.
“La persona que me acerca ese dato hoy es funcionario y en ese momento no lo era. Él me dice, entonces, que el verdadero papá no es Fernández. Es otro, quien tuvo un vínculo con la mamá (Ofelia Wilhelm) que se embarazó de soltera, y después fue Fernández quien se hace cargo. Es una historia común que sucede en todos lados, pero que se hace interesante si la Presidenta es quien la encarna”, argumenta Di Marco.
Según sostiene la periodista, la historia de vida de la Presidenta se parece mucho a la de Eva Duarte de Perón. “Ella (Evita) es hija natural, y como su papá no la reconoce decide fraguar la partida de nacimiento. Esto me quedó repicando y empiezo a revisar las biografías oficialistas de la Presidenta. En todas se omiten sus primeros cinco primeros años de vida. Por ejemplo, era mucho más pobre de lo que las biografías oficialistas dicen”, concluye la autora.