RESISTENCIA.- El remisero tucumano Juan Ernesto Cabeza fue hallado culpable del secuestro, violación y asesinato de la radióloga Tatiana Kolodziey, delitos perpetrados en octubre de 2012, por lo que el tribunal de la Cámara Primera en lo Criminal de Resistencia lo condenó hoy a prisión perpetua.
El tribunal presidido por Marisa Lehmann, que integran las juezas Glenda Vidarte y Lucía Martínez Casas de Sanchís, hizo lugar a un planteo de la querella, en base a una solicitud expresa de la familia Kolodziey para trasladar a Cabeza desde su actual lugar de reclusión en la Unidad Penitenciaria 7 de Resistencia, a la Unidad Penal 6 de Rawson, en la provincia de Chubut.
Las integrantes del tribunal de la Cámara Primera en lo Criminal de Resistencia también solicitaron la unificación de esta pena con otra precedente, dictada por el Tribunal en lo Criminal 3 de la ciudad de Buenos Aires, que en noviembre de 1998 condenó a Cabeza por violación reiterada en cuatro ocasiones, una de ellas en concurso real con privación ilegítima de la libertad y robo reiterado, además de un homicidio criminis causa.
La jueza Lehmann explicó durante la audiencia final que la víctima fue privada de su libertad en la madrugada del 20 de octubre de 2012, luego de abandonar la casa de su pareja Arnaldo Enciso en un remís conducido por Cabeza, quien luego abusó sexualmente de ella, situación que quedó acreditada con la autopsia.
La presidenta del tribunal también consignó que la víctima fue asesinada en el interior del automóvil Chevrolet Corsa que conducía el condenado, mediante un mecanismo de asfixia por compresión, y señaló como pruebas contundentes las muestras de sangre y saliva de la víctima que fueron halladas en el asiento trasero del vehículo.
La magistrada también sostuvo que Kolodziey corrió la misma suerte que las víctimas anteriores de Cabeza, con la diferencia sustancial de que la radióloga "no pudo contar lo que le pasó, pero su cuerpo sí habló de una manera clara y contundente".
Lehmann también interpretó que el lugar en el que fue hallado el cuerpo de Kolodziey, en un descampado del paraje El Tropezón, no fue el mismo en el que se produjo su muerte. De acuerdo a las pruebas aportadas a la causa, el tucumano se trasladó hasta el lugar con el fin de buscar ayuda para deshacerse del cuerpo, por lo cual consideró que el condenado no actuó solo en este sentido.
Las magistradas chaqueñas determinaron la necesidad de que "se investigue la posible comisión del delito de obstrucción a la investigación de Arnaldo Enciso", por lo cual también se mantendrá bajo secuestro judicial un teléfono celular con el cual el novio de la víctima mantuvo una serie de comunicaciones no debidamente esclarecidas durante la noche del secuestro.