Utilizando el servicio LA GACETA en WhatsApp, un lector envió un video que muestra el sepelio del joven que murió el lunes en un choque luego de olvidarse a su hijo cuando lo sorprendieron robando.

En las imágenes -polémicas por cierto- se ve a los amigos de Armando Adrián Eccli, conocido como "Huevito", llevando el féretro por medio de una calle y haciendo tiros al aire mientras cantan canciones referidas al club San Martín, a plena luz del día.

Robo, olvido y muerte

"Huevito" fue sorprendido el lunes por el dueño de un auto cuando ya estaba adentro del vehículo -un VW Gol- y procuraba quedarse con el equipo de audio, en Sarmiento al 2500, en Yerba Buena. Ambos se trabaron en una pelea hasta que el delincuente, de 22 años, logró subir a su moto y escapó.

Al propietario del vehículo le llamó la atención que luego de la huida, un nene de cinco años que se encontraba a metros del lugar en donde fue la pelea, comenzó a pedir por su padre, el mismo que un momento antes había tratado de robar en su auto. Tomó al niño en sus brazos y lo llevó a la comisaría, ubicada en San Martín 250, frente a la plaza del casco antiguo de esa ciudad.


El hombre se presentó en la sede policial una mujer para reclamar la devolución del menor, aduciendo que se trataba de su hijo. Mientras eso ocurría adentro de la comisaría, la guardia divisó en un extremo de la plaza al joven que había protagonizado el intento de robo. Cuando éste se percató de que había sido descubierto, escapó y se inició una persecución por varias calles, de la que participaron autos y motos policiales.

En su huida, Eccli tomó en contramano, hacia el norte, por el Camino del Perú y así logró dejar atrás a sus perseguidores. Cuando los policías suponían que había logrado su cometido, un taxista llegó hasta la comisaría para advertir sobre un accidente en la esquina de San Juan y Félix de Olazábal, al oeste de San Miguel de Tucumán.

El delincuente había impactado con su moto contra un Chevrolet Corsa y falleció durante la madrugada. en el hospitasl Padilla. Tenía un frondoso prontuario, pese a su cortad edad.