JAPÓN.- El gobierno de Japón permite a partir de hoy y durante seis meses, la aterradora práctica de matar delfines, pese a las críticas internacionales. La matanza ocurre en Taiji, un pequeño pueblo de 3.500 personas, ubicada en la prefectura de Wakayama, donde cada año se matan cerca de mil delfines.

La práctica, desaprobada por muchos, es vigilada año por un grupo de activistas llamado Sea Sheperd, que transmite en vivo desde la pequeña comunidad mientras dirige una campaña en redes sociales para denunciar el caso.

La carne de los delfines es comercializada pese a que la Organización Mundial de la Salud ha denunciado que no es recomendable la ingesta de esta por sus altos niveles de mercurio.

Esta brutal práctica fue reflejada en el 2010 en el documental ganador del Oscar en el 2010 titulado “The Cove”, aunque el revuelo mediático del premio no logró la prohibición de la tradicional matanza.

Se calcula que cada año el gobierno japonés autoriza la caza de alrededor de 20.000 delfines, de los cuales cerca de 2000 son masacrados en Taiji.

Método

Aunque los habitantes de Wakayama ven a los delfines y a las ballenas como una fuente legítima de recursos marinos, la cual permite a la comunidad sobrevivir económicamente, la organización afirma que está en contra debido al método que se utiliza para capturar a los delfines.

Golpeando tubos de metal se crea una pared de sonido que desorienta y deja sordos al grupo de delfines, los cuales luego son acorralados en una playa, donde son atacados de una forma “bárbara”, según la organización.

Los delfines son golpeados en la espina dorsal con piezas de metal, por lo que no mueren inmediatamente, sino que generalmente se desangran lentamente debido a heridas internas.