El momento de San Martín exige un cambio de raíz; en todos los aspectos. Futbolística, mental y actitudinalmente, el equipo debe ser otro para poder dejar atrás un arranque que no pensó ni el más pesimista en La Ciudadela.
Que habrá cambios es un hecho. El flojo rendimiento del equipo en Andalgalá no dejó conforme a nadie; por eso Osvaldo Bernasconi sólo piensa en que sus pupilos den un vuelco de 180 grados.
El DT trabaja a destajo en su laboratorio y no quiere intrusos. “Quiere que sus jugadores puedan trabajar tranquilos y sobre todo que no se filtre información”, explicó una fuente de la seguridad del club. Por ello, dijo, el plantel ayer trabajó en el estadio, otra vez, a puertas cerradas.
El equipo para recibir a Juventud Antoniana, el domingo a las 17 con el arbitraje de Fernando Espinosa, es una incógnita. Facundo Silva será exigido el viernes para ver si está en condiciones de ser de la partida; aunque su inactividad puede restarle puntos. Además, el mediocampo podría ser la zona que sufra mayor cirugía. Pero nada es concreto, y las incógnitas recién se revelarán el domingo. “Ganar; no queda otra” repiten todos en Bolívar y Pellegrini. Es que las fechas pasan y el equipo no se encuentra a sí mismo. Para colmo de males, en un torneo corto no hay mucho margen de error. Por ese motivo, en el seno del plantel saben que se juegan mucho y que es una de las últimas chances para poder seguir soñando en grande.