“Por momentos hubo cuatro personas trabajando en la carrocería, más mi papá que lo hizo en el motor y en los detalles. No hubo descanso ni sábados ni domingos, hasta tuvimos que cerrar el taller particular para poder llegar. Y bueno, al final lo logramos”. Con satisfacción, Lucas Mohamed describió cómo fueron las últimas dos semanas de su vida. Él, junto con su gente, tuvieron que trabajar contrarreloj para poder terminar con los arreglos del VW Gol que quedó destrozado en la prueba de La Pampa, por el choque que le propinó el bahiense Diego Pérez con su Chevrolet Corsa. Con la recuperación del coche, el yerbabuense podrá salir a defender el N°1 que ostenta en la Clase 2 del Turismo Nacional, que prevé presentarse el fin de semana en el autódromo de San Martín (Mendoza).

Mohamed, que se va hoy hacia Cuyo pasado el mediodía, destacó que además de quienes le dieron una mano en el arreglo del coche, hubo muchas personas que brindaron su ayuda de distinta manera. “Una vez más la gente se portó de manera increíble conmigo, y lo agradezco. Por nuestra parte, buscamos no dejar nada librado al azar, repasamos todo lo que había que repasar y logramos dejarlo al Gol con la misma puesta que tenía para piso seco para la competencia en La Pampa”, detalló.

La preocupación de Lucas pasa ahora por saber si la máquina responderá tal cual lo imaginado en el circuito mendocino. “Hubo muchas cosas que atender, y de seguro habrá más. No me preocupa tanto la lucha que sin dudarlo tendré en la pista, sino que con la tarea de recuperación del auto no pudimos desarrollar nada nuevo. Y eso cuando uno pelea por la punta es dar ventaja de una carrera a la otra”, finalizó.