El 50% de la población carcelaria tiene menos de 32 años, y la mitad de los internos no asistieron a la escuela o sólo llegaron a cursar el nivel primario, según un informe del Centro de Estudios Latinoamericanos sobre Inseguridad y Violencia (CELIV) de la Universidad Nacional de Tres de Febrero que fue presentado ayer.

“Las cárceles de Argentina y de América latina están pobladas en su mayoría por jóvenes menores de 32 años, con baja escolaridad y con trabajos precarios. El 52% no asistió a la escuela, o llegó sólo al nivel primario”, fue uno de los resultados que arrojó el informe elaborado sobre la base de encuestas a presos condenados.

El informe “Delito, marginalidad y desempeño institucional en Argentina”, que se realizó en base a una encuesta a 1.033 presos condenados de Argentina y 6.000 de Brasil, Chile, El Salvador, México y Perú, muestra el perfil sociodemográfico de los internos, patrones delictivos, proceso judicial y condiciones de vida en la cárcel, y de él se desprende que “el 31% consumió alcohol o drogas seis horas antes de cometer el delito” y que “el consumo de alcohol y droga son importantes predictores de los delitos más predatorios y violentos”.

El documento también advirtió sobre el acceso a armas de fuego, que en Argentina es muy fácil, lo que quedó demostrado por el 62% de los presos consultados, que afirmaron que utilizaron armas de fuego en la comisión de los delitos. El informe fue presentado por el director del CELIV, Marcelo Bergman, que expresó su deseo de que este trabajo académico sea también útil socialmente para la generación de políticas públicas que mejoren las condiciones de vida de los que están afuera y adentro de las cárceles.

Entre otras conclusiones a las que se llegó por medio de la encuesta figura que los delitos patrimoniales así como los relacionados con drogas pueblan las cárceles argentinas y que el 48 % de los presos está condenado.

En el caso de la población femenina, que apenas representa el 5 % del total, se indicó que “están presas fundamentalmente por delitos relacionados a las drogas o al homicidio de sus parejas, con situaciones de maltrato”. Además, se señaló que el sistema captura pocos líderes de estructuras criminales, pero detiene mayormente a eslabones menores de la cadena delictiva.

Por otra parte, surgió de la encuesta que la reincidencia en Argentina es alta y depende fuertemente del entorno delictivo, y que la mayoría pasó por institutos de menores y provienen de familias con entorno violento y con consumo de drogas.

En cuanto a las detenciones en flagrancia, se infirió que la calidad de la investigación penal es bastante dudosa, ya que la mitad de los homicidios nunca se resuelve y la mitad de los que se resuelven fueron por flagrancia. (Télam)