Con más incertidumbres financieras que certezas, las provincias cerraron el primer semestre del año con cierta prudencia fiscal, generando ahorros y, en parte, beneficiadas por el plan temporario de desendeudamiento con el Gobierno nacional. Y gran parte de la explicación de esta conducta financiera de los distritos está relacionado con el impacto del combo devaluación-inflación en la recaudación (propia y transferida por coparticipación). Nominalmente, hubo más plata por la renta tributaria en un período de estancamiento de la economía argentina.

Así las cosas, el Sector Público Provincial presentó ingresos por $ 299.800 millones, en tanto que la ejecución de gastos ascendió a $ 286.000 millones, durante la primera mitad de 2014. Esto llevó a que haya un superávit global de $ 13.800 millones. De ese total, unos $ 400 millones de superávit total fueron generados por Tucumán.

La renta tributaria (propia y coparticipada) fue el principal motor de los ingresos provinciales, al verse beneficiada por el impacto del combo inflación-devaluación sobre los gravámenes vinculados al crecimiento nominal de la economía (IVA, Ganancias e Ingresos Brutos), generadores de más del 70% del flujo de recursos. En otras palabras, se trata de un crecimiento nominal y no real, “inflado” por la suba del nivel general de precios, explica Economía & Regiones (E&R) en su último reporte fiscal.

La devaluación de enero también impactó sobre las fuentes vinculadas a la evolución del dólar (regalías de hidrocarburos y retenciones a las exportaciones de soja), que si bien lideraron en términos de crecimiento (+67% i.a. combinado), sólo aportaron el 8% del crecimiento por su baja incidencia en la estructura global de recursos, acota.

La consultora privada aclara que este año, a diferencia de ejercicios anteriores, no se cuenta con ingresos adicionales significativos provenientes de reformas tributarias, debido a la poca viabilidad política que ha tenido la aprobación de nuevas subas impositivas. Los gobernadores se quedaron prácticamente sin márgenes de maniobra política para reajustar los impuestos, a un año vista de la culminación del mandato. En 2013, por caso, el aumento de la presión fiscal generó un adicional de $ 17.255 millones a nivel consolidado, y explicó el 15% del crecimiento en los ingresos, advierte E&R.

Por el lado de las erogaciones, se registró una aceleración en el crecimiento de la partida de personal, determinante para las finanzas provinciales al explicar más de la mitad del gasto anual.

Esta variación responde a una política salarial más activa, con un aumento salarial implícito que al primer semestre alcanzó un promedio del 26,5%, frente al 22% observado durante el mismo período de 2013. En contraposición a esto, la creación de empleo público muestra una tendencia a la baja, dado que la planta de personal se expandiría un 1,6% durante el ejercicio (31.800 agentes más), frente al 1,8% observado en 2013 (con 36.800 agentes designados).

No obstante, la segunda parte del año está signada por el pleno impacto de las paritarias estatales. Por caso, la gestión del gobernador José Alperovich debe generar ingresos por $ 1.200 millones extra con el fin de cubrir los aumentos salariales, sin generar déficit en este ejercicio.

El resto de las erogaciones corrientes presentaron crecimientos asociados a la inflación (gasto en bienes y servicios y las transferencias a municipios) o a la devaluación (intereses), generando una expansión del 34,8%.

Si bien el escenario base de E&R preveía una mayor caída del nivel de actividad para el segundo semestre, la dinámica se verá agravada por la reciente declaración de default de deuda soberana. En consecuencia, es de prever que los ingresos profundicen su desaceleración en los próximos meses, en tanto que las partidas de gasto aminorarían su ritmo de crecimiento pero en menor medida, ya que buena parte de su incremento ya está comprometido.