SAN PABLO.- Un ex director de la petrolera estatal brasileña Petrobras que se encuentra encarcelado ha identificado a decenas de legisladores y al menos a un gobernador que recibieron sobornos por contratos de la compañía. La revelación amenaza con convertirse en un gran dolor de cabeza para la presidenta Dilma Rousseff un mes antes de la votación, en la que busca su reelección, cuando las encuestas advierten que podría perder las elecciones con la ambientalista Marina Silva
El diario “Estado de Sao Paulo” relata que 32 legisladores fueron identificados por Paulo Roberto Costa, ex director de la unidad de refinamiento y distribución de Petrobras que fue arrestado el 20 de marzo en una investigación policial sobre lavado de dinero. Otro diario, “Folha de Sao Paulo”, dijo que Costa identificó a 61 diputados y senadores. “Veja”, una revista semanal de noticias, sostuvo que Costa nombró a tres gobernadores estatales. El ex ejecutivo está identificando a colaboradores como parte de un acuerdo con la fiscalía, con la esperanza de obtener una menor sentencia.
Según “Veja”, entre los acusados está el tesorero nacional del oficialista Partido de los Trabajadores, Joao Vaccari Neto, quien establecía la conexión entre la trama de corrupción y el partido de gobierno. Costa también citó como beneficiarios del esquema de desvío de dinero y pago de sobornos a los presidentes de la Cámara de Diputados, Henrique Eduardo Alves, y del Senado, Renan Calheiros, ambos del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), principal aliado del gobierno de Rousseff.
Otros mencionados son el ministro de Minas y Energía, Edison Lobao; el ex gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral; la actual gobernadora de Maranhao, Roseana Sarney -todos del PMDB-; y el ex candidato socialista Eduardo Campos, muerto en un accidente aéreo el pasado 13 de agosto. Según Costa, los políticos recibían el 3 % de comisión sobre el valor de cada contrato firmado durante su gestión al frente del departamento de Abastecimiento y Refinería de la estatal, donde -según sostuvo- las empresas contratistas formaron un cartel que actuaba en casi todos los departamentos de la compañía. La refinería Abreu e Lima, de U$S 20.000 millones, ubicada cerca de Recife, al Noreste, fue uno de los proyectos que estuvo bajo su mando.
Rousseff ya enfrenta duras críticas por el declive financiero de Petrobras bajo su mando. Alguna vez considerada como la estrella responsable del auge de Brasil como un gran exportador de crudo, es la compañía de hidrocarburos más endeudada del mundo y perdió la mitad de su valor de mercado en los tres años de presidencia de Rousseff. El Estado brasileño tiene el 64% de las acciones de la compañía; el resto está en mano de inversores privados. (DPA-Reuters)