Llevó su poesía al calor de las masas. Hizo emocionar, llorar, gritar, saltar y hasta invitó a hacer el amor con su música a distintas generaciones. Combinó todos los estados de ánimos posibles de una persona. Y hoy, a los 55 años, dijo "Adiós". Su "Corazón delator" dejó de luchar.
No tenía "Nada personal" con nadie; al contrario, se llevaba bien con todos. Era amado, respetado e idolatrado. "Signos" de un grande, que supo llevar su arte a la existencia del alma de cada uno de nosotros que se amamantó con sus letras.
"El último concierto" de este monstruo fue en Venezuela, en 2010. Allí, un maldito ACV lo dejó en un "Sueño stereo". Y hoy, por esas cosas de la vida, a través de "señales luminosas", se despidió de este mundo. Ahora está con el de arriba, que le habrá dicho "Te llevo para que me lleves a un Paseo inmortal con tu música". Y lo hará.
Porque ahí estará Gustavo, disfrutando de un hermoso "Lago en el cielo" junto al "Flaco" y a la "Negra" mientras le canta a todos los privilegiados. Fue un "Crimen" su partida, es cierto. Pero él no murió; estará por siempre "Vivo" a través de su música. Adiós, maestro; gracias totales.