El “palo por palo” está de moda. Más en el discurso que en el terreno de juego. Traducido, significa algo así como “atacar mucho, exponiéndose a que te lleguen mucho también”. Fue lo que Alejandro Sabella quiso evitar en el Mundial, a expensas de los “cuatro fantásticos”. Resultado: un equipo más equilibrado, sólido atrás, con menos llegada adelante. Atlético hoy por hoy es lo contrario. La victoria 3-2 frente a Unión sirve de prueba: lastima -y mucho- cuando ataca, lo hieren -bastante- cuando lo atacan. En Santa Fe, casi queda herido de muerte al comienzo de cada tiempo, sobre todo en el segundo, cuando su rival le empató el partido y casi lo da vuelta, pese a la doble ventaja inicial “decana”.
“Vinimos a jugarle a Unión ‘palo por palo’, de igual a igual, algo que en esta cancha no lo hace cualquiera. Nosotros nunca especulamos, pusimos jugadores de buen pie, ofensivos, incluso cuando nos igualaron, para salir a buscarlo”, dice Rivoira, explicando su credo, antes de reconocer el riesgo de su apuesta: “pudimos ganarlo nosotros o Unión”. Tal cual, porque el “tatengue” le generó a Atlético una docena de situaciones claras, a saber: los dos goles, otro anulado por offside, un par de tiros en los palos y otras tantas grandes atajadas de Cristian Lucchetti. Demasiado, más allá de la trascendental victoria que le otorgó el liderazgo en soledad en el grupo B.
“Chulo” lo sabe: “hay algo para ajustar. En el arranque del segundo tiempo nos llevaron un poco por delante, pero después volvimos a controlar otra vez. Los que estaban en el banco entraron muy bien y lo ganamos. Dimos una prueba de carácter, con jugadores que llevan apenas 45 días juntos”.
Javier Malagueño, sustituto y autor del gol de la victoria, profundizó: “No jugamos nuestro mejor partido, pero fuimos contundentes. Sabemos que hay cosas para mejorar porque nos han convertido y creado algunas situaciones. Quedamos largos por momentos”. El zaguero agrega, recordando el pasado y pensando en el futuro: “me ha tocado en el último campeonato crear muchas situaciones y haber salido empatando o perdiendo. Es lo que tenemos que mejorar: que no nos creen tanto y mantener esta contundencia que es la que te da los puntos”. Clarito.
Como también lo fue su compañero Bruno Bianchi. “Si bien nos han llegado mayormente con pelota parada, fue la primera vez que nos convierten en la temporada. No entramos bien en los dos tiempos. Hay que seguir trabajando con humildad”, afirmó. Y luego apuntó, con realismo: “tenemos que adaptarnos a las circunstancias. Es muy importante para poder ascender. No en todos los partidos podés salir a jugar al fútbol en la B Nacional”.
Habrá que ver si el pragmatismo de Bianchi encuentra eco en Rivoira a medida que avanza el certamen o el “palo por palo” sigue teniendo preeminencia. Es verdad que, como sostiene Malagueño, de cara al choque con All Boys, el domingo, a las 17. “Con el triunfo se pueden corregir los errores de una manera más tranquila. Si hay cosas por corregir cuando vas ganando eso hace muy auspicioso lo que viene. Quiere decir que podemos estar mucho mejor todavía”.