El césped cortado al ras se extiende por casi todo el predio de 3.600 m² que ocupa el centro vecinal del barrio América (calle Isabel La Católica al 1.250 de esta capital). Incluso por aquellos sitios en los que, según la denuncia de la cooperativista Paola Alejandra Ruarte, deberían erigirse obras por un valor de $ 2,6 millones.
Patrocinada por Juan Roberto Robles, secretario de la UCR, Ruarte se presentó en la Justicia Federal como empleada del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y presidenta de la Cooperativa “Narciso Laprida”, del programa Argentina Trabaja. Allí denunció al legislador alperovichista Guillermo Gassenbauer; y a la ministra de Desarrollo Social, Beatriz Mirkin. Ruarte sostuvo en su escrito que las tareas y materiales asignados a su grupo eran facturados, pero no ejecutadas.
“En palabras de la denunciante, ninguna de las obras adjudicadas (a la cooperativa) habrían sido realizadas, no obstante haber recibido dinero y materiales para la construcción. Un ejemplo sería el estado el que se encontraría el (centro vecinal) América”, expresó el fiscal federal general Gustavo Gómez, que sustituye a Carlos Brito (está de licencia).
LA GACETA se dirigió ayer hasta el predio en cuestión y constató que ninguna obra fue ejecutada. Según Ruarte, la cooperativa “Narciso Laprida” responde al legislador Gassenbauer. Precisamente ese nombre mencionan los parroquianos del centro vecinal del barrio América. “Antes de las elecciones de 2011, él vino, prometió el pavimento para el barrio y cumplió. Nos hicieron un hermoso pavimento y se lo agradecemos ‘a muerte’. Luego, en la elección del año pasado, le pedimos que nos mejore este centro, pero no pasó nada. Ahora leemos en el diario que supuestamente ya adjudicaron las obras”, señaló Hipólito Gómez, presidente del centro vecinal.
Gómez enumeró las edificaciones prometidas: “extender el salón unos 10 metros y elevarlo; construir una cocina, baños, dos canchas de fútbol con cerca perimetral y una cancha múltiple (N. de la R.: marcada para básquet y para voley), e instalar rejas y portón”. Gómez precisó que no acusa a nadie por el incumplimiento y que sólo espera que las obras se concreten: “esta semana vinieron dos arquitectos y nos dijeron que las harán. Es hermoso ver a los chicos jugar. Pero hay que decir la verdad: algunos changos entran aquí para drogarse”. Adán Aguilera, otro habitante del América, asentía: “cuidamos el predio entre los vecinos; pero los que vienen a drogarse han roto baños y la tapia de dos casas, y pasan por ahí. La idea es que tengamos deportes, fútbol y básquet, como está proyectado”. El presidente Gómez comentó que la comisión directiva del América está constituida y que entre los vecinos aportan los $ 500 anuales que hacen falta para mantener al día los papeles del centro.
El letrado Robles expresó que la “Narciso Laprida” debía ocuparse de la sede del club. Y añadió: “nosotros pedimos a la Justicia Federal que solicite la documentación de esas obras porque el Tribunal de Cuentas las autorizó, pero no controló la ejecución. Ruarte recuerda que el Estado había asignado $ 2,6 millones y que, sin embargo, la cooperativa no hizo nada”.