Daniel Scioli (Buenos Aires, 1957) este sábado es un hombre que acaba de correr por el Parque 9 de Julio: un hombre transpirado y con buen talante, que para romper el hielo confiesa haber sido engendrado en las Termas de Río Hondo. Del deporte viene en más de un sentido (la motonáutica lo dejó manco en 1989) y hacia el deporte acude cada vez que tiene que definir su estilo político: ese discurso en las antípodas de la rabieta pública que le permitió sobrevivir en el kirchnerismo y aspirar a relevarlo. Dice que como deportista cree en la colaboración y la continuidad con cambios: “mi postulación representa la garantía de que no vamos a volver a empezar”.

En su maratón en Tucumán, Scioli ensalza al gobernador José Alperovich, a la senadora Beatriz Rojkés y al ministro Juan Manzur durante el viernes, y el sábado arropa al intendente Domingo Amaya. Para el gobernador de Buenos Aires y precandidato a presidente del Partido Justicialista ello no suma ni resta respaldos ni eventuales alianzas. “¿Cómo no reconocer la gestión del ministro de Salud? También valoro el trabajo del ‘Colorado’ Amaya en la ciudad. Pero apoyaré a quien se comprometa por el desarrollo de Tucumán y quiera trabajar con mi presidencia por la prosperidad común”, explica con pragmatismo.

Scioli habla en un susurro y con la cabeza gacha, como si estuviese rezando. Bebe un sorbo poderoso de agua, se abriga y evita contestar si se imagina disputando contra Mauricio Macri el primer balotaje de la historia. Luego vaticina que con el dirigente agropecuario Eduardo Buzzi habrá entendimiento, pese a que este dijo que sólo trabajará con él si deja el kirchnerismo. Lejos de la confrontación, cita al Papa Francisco y asegura que, si llega a la presidencia en 2015, luchará para que Tucumán sea más competitiva. “Para ello necesitamos mejor infraestructura y bajar el costo de transporte”, detalla porque, según su criterio, los productos vernáculos han de buscar mercados foráneos.

-¿Quiere decir que reactivará el tren? Este Gobierno hizo el anuncio hartas veces y no pasó nada...

-Sí. El tren es una condición para la inversión. Si terminamos de arreglar la deuda externa, podremos adecuar rutas, vías, aeropuertos y puertos a la nueva realidad.

-¿Y del federalismo qué dice?

-Ahora es fácil venir a hablar, pero en Buenos Aires yo impulsé la mayor descentralización y transferencia automática de recursos del Gobierno hacia los municipios. Ahora que el país se va normalizando, tendremos la posibilidad de atender la asignatura pendiente del federalismo, que es un acuerdo Nación-provincias muy complejo.

-¿No teme el ‘default’?

-Tarde o temprano habrá una salida para los bonistas que no entraron en el canje de la deuda, y que expresan ese capitalismo salvaje y destructivo que el Papa critica. El debate que está dando Argentina es un servicio al mundo y marcará otro “nunca más”.

-¿El fracaso de la negociación afectará su campaña?

-No puedo pensar sobre este problema en términos personales.

-¿Y el procesamiento del vicepresidente Amado Boudou?

-Lo dije antes y lo repito: tienen que actuar las instituciones del Estado democrático y punto.

-¿Por qué es tan difícil ser vicepresidente de este país?

-Es una función sensible, que exige una gran responsabilidad y articulación con la presidencia. En 2003 comencé mi tarea como vice con dificultades y la terminé con una gran relación con Néstor (Kirchner), que me apoyó en forma contundente para ser gobernador.

-¿Qué tipo de vicepresidente le gustaría tener a usted?

-Uno que actúe conmigo como yo actué con Néstor. Mi compañero saldrá del interior porque, para crecer, necesitamos seguir sacando lo mejor del interior argentino.

-¿Qué implica hacer política con un brazo menos?

-Que importan más la cabeza y el corazón. Llevo la mitad de mi vida con este problema, y no me entregué ni me deprimí. El deporte me enseñó a competir sin buscar la destrucción del rival: nunca se me ocurrió hundir la lancha ajena.

BICENTENARIO
“Es una circunstancia extraordinaria: en 2016, Tucumán será protagonista mundial. Necesitamos una celebración que inspire el patriotismo y el sentimiento de desarrollo integral. Si Dios quiere, vendrá el Papa Francisco y yo espero tener la más alta responsabilidad institucional del país”.

FEDERALISMO
“Es fácil decir que intentaré impulsar una ley de coparticipación federal de impuestos, pero no es fácil que una jurisdicción resigne recursos económicos en beneficio de otra. En cambio, entiendo que sí es posible diseñar un esquema tributario que sea más competitivo”.

MACRI
“(Mauricio Macri) pertenece a un ámbito opositor. Después de haber visto tantos altibajos en el país creo que no podemos volver a empezar siempre. Si Argentina avanzó en ciertas políticas que tienen consenso social, como la de YPF, no debemos desandar ese camino”.

CORRUPCIÓN
“Tienen que actuar los mecanismos institucionales de control. Hay que generar condiciones preventivas y de transparencia. En mi provincia, la Fiscalía de Estado, la Contaduría, la Tesorería y el Tribunal de Cuentas están en manos de la oposición, y yo he respetado esa tradición”.

UN EX MONONAUTA EN EL JARDÍN DE LA REPÚBLICA

- Trote en el parque.- Sin la prótesis y con uniforme deportivo, el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, empezó el sábado con una vuelta por el Parque 9 de Julio. Según él mismo comentó después, corre regularmente y mantiene esa rutina incluso durante los viajes. “Además, el trote me permite observar los lugares desde un ángulo distinto”, explicó.

- Agenda completa.- Scioli no da tregua a sus colaboradores. Algunos de ellos ilustraron ese frenetismo o hiperactividad con la enumeración de las actividades programadas para ayer: salida al parque; atención a la prensa; actividades con el intendente Domingo Amaya; presentación del espectáculo ‘Rockear’; regreso a Buenos Aires; acto en Merlo y, por la noche, partido de fútbol en Pilar, en el campeonato de Futsal, que organiza la Asociación de Fútbol Argentino.

- La aparición de Reposo y Terraf.- Luego de entrenarse, Scioli y su equipo atendieron al público en el vestíbulo del hotel Sheraton. Huéspedes y tucumanos saludaron al ex motonauta, y se sacaron fotografías con él. Por allí pasaron también, en forma fugaz, Daniel Reposo, síndico general de la Nación y controvertido ex candidato oficialista a procurador general (el cargo fue ocupado por Alejandra Gils Carbó), y Miguel Chaibén Terraf, presidente del Tribunal de Cuentas de Tucumán. En un encuentro que duró menos de 10 segundos, Reposo dio un apretón de manos a Scioli y le presentó a Terraf, y luego ambos se retiraron del hotel.

- Visitante ilustre- En el acto en el que participó durante el mediodía, Scioli fue declarado “visitante Ilustre” de San Miguel de Tucumán. Además, suscribió un acuerdo de colaboración entre el Municipio y la Provincia de Buenos Aires para “hacer realidad el fortalecimiento institucional y con el propósito de ir configurando una política comprometida al servicio del pueblo”, según un comunicado oficial. Amaya regaló al mandatario una copia del decreto que lo declaró visitante destacado, la lapicera con la que firmaron el acuerdo y un poncho tucumano. Al recibir este último, Scioli se lo puso al hombro.

- Pancarta peligrosa.- Mientras Amaya brindaba su discurso, dirigentes del concejal Oscar Cano trasladaron un cartel desde la calle hasta uno de los balcones. Los hombres que sostenían las cañas en las que estaba montado el pasacalle no podían lograr que este quedara firme. La “pelea” por colocar bien la inestable pancarta fue seguida de cerca por Scioli desde el escenario. El bonaerense fruncía el ceño cada vez que la tela amenazaba con caer sobre el público. Finalmente, los dirigentes pudieron evitar el percance.