Ala sombra de su pasado antisemita, que llevó a la muerte de seis millones de judíos europeos durante el nazismo, Alemania ha evitado hasta ahora cualquier expresión crítica hacia la ofensiva militar de Israel en la Franja de Gaza. Las máximas autoridades del país, el presidente Joachim Gauck y la canciller Angela Merkel, así como mitad del gabinete y muchas personalidades aparecieron en la portada del diario de masas “Bild” condenando las consignas antisemitas que se oyen en estos días en las manifestaciones de protesta contra Israel en muchas ciudades alemanas. Pero el gobierno no ha manifestado ni una sola reacción a los ataques israelíes que ya duran más de dos semanas y que han costado la vida a más de 820 palestinos, incluidos mujeres y niños. Tampoco hubo comunicado tras el ataque contra una escuela de la ONU en la que se habían refugiado mujeres y niños y que se saldó con 16 muertos.
Para la República Federal de Alemania, el derecho a la existencia de Israel es razón de Estado. “La seguridad de Israel es para mí como canciller algo que nunca podrá ser negociado”, aseguró Merkel en una visita a Jerusalén en 2008.
La canciller está en estos momentos de vacaciones, razón por la cual no hay ninguna declaración oficial suya. Hace una semana destacó que Israel tenía derecho a defenderse de los ataques de los islamitas de Hamas: “Es algo que por supuesto hay que hacer de forma razonable”. Similares son las reacciones de otros miembros del gobierno germano.
El ministro de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, que también disfruta del descanso estival, sostuvo que Alemania es crítica con Israel “en los puntos en los que hay que serlo”, como la construcción de asentamientos judíos en territorio palestino, pero al mismo tiempo expresó comprensión hacia las “medidas de defensa” adoptadas por Israel. Pero, el gobierno ha sido más claro a puerta cerrada. El subsecretario de Asuntos Exteriores, Markus Ederer, calificó de “en parte desproporcionados” los ataques aéreos de Israel.
Los observadores, sin embargo, creen que el tono podría cambiar hacia un mayor distanciamiento si el conflicto se agrava aún más. Berlín ansía la llegada de un cese de hostilidades al final del mes sagrado musulmán, el Ramadán, a partir del próximo lunes. Pero mientras el gobierno calla, en la población se esfuma la comprensión hacia Israel.
Según una consulta de la revista “Stern”, el 52 % de los alemanes culpan por igual a israelíes y palestinos por el estallido del conflicto. Un 14 % atribuye la mayor responsabilidad a Israel; un 16 % a los radicales de Hamas.