La campaña citrícola exportadora registra un avance importante, donde se destacan una sensible baja en los volúmenes de producción y la pérdida de calidad de la fruta en muchos lotes.
Mientras tanto, los productores citrícolas locales cruzan los dedos implorando que las heladas sean mínimas, y por qué no nulas, para evitar que se multipliquen los daños sobre la fruta que permanece en las plantaciones. Sobre todos estos temas transitó el diálogo que LA GACETA Rural mantuvo con el ingeniero Roberto Sánchez Loria, presidente de la Asociación Tucumana del Citrus (ATC).
- ¿Cómo avanza la campaña?
- Como estimábamos al comienzo de esta campaña, y así lo evaluamos para LA GACETA Rural, se está dando una sensible disminución en los volúmenes de cosecha producida por las condiciones climáticas adversas de 2013.
Es bastante fuerte esta reducción productiva, pero es menor a los pronósticos estimados al comienzo de esta campaña. Estamos con un 40% menos, promedio, de fruta cosechada.
Son muy graves los efectos climáticos del año pasado. Pero lo más preocupante es el impacto que puede llegar a tener en aquellos campos más afectados, donde los volúmenes de producción son muchos más bajos.
- ¿Cuál es el comportamiento del clima hasta ahora? ¿Y las enfermedades?
- Hasta hoy (el miércoles pasado) no tuvimos problemas climáticos. El clima nos vino acompañando. Es un aliciente pensando en lo recuperación futura de la producción. Y en cuanto a las enfermedades, los efectos no fueron mayores a los normales.
- ¿La calidad está afectada?
- La calidad de la fruta que está cosechando es muy variada. Hubo problemas de calidad, porque al haberse afectado las plantas en 2013, las floraciones fueron dispares y la cobertura de los tratamientos fueron menos específicas. La distorsión de las plantas, como consecuencia de los efectos climáticos, hicieron que las coberturas en floración sean distintas.
El año pasado, la sequía y las heladas provocaron que la floración sea despareja. Cuando la floración es normal, los tratamientos para generar calidad son más efectivos; pero cuando las plantas están distorsionadas, los tratamientos son menos efectivos.
- ¿Qué grado de avance tiene la campaña exportadora?
- En cuanto a la cosecha de limones con destino a la exportación, puedo decir que la campaña está bastante avanzada. No queda mucha fruta. Estimo que a fines de agosto terminará la exportación.
Respecto de la fruta para fábrica, el sector industrial seguirá moliendo en la medida en que disponga de material, que estimo será hasta casi fin de año, pero todo dependerá de la disponibilidad de fruta.
- ¿Cómo evoluciona el mercado internacional de fruta fresca?
- Sabíamos que éste iba a ser un año productivo con pocos volúmenes de fruta exportable, pero también sabíamos que íbamos a tener la suficiente (de fruta fresca) como para ir a los mercados tradicionales que abastece Tucumán. Estimo que se están mandando algunas cantidades de limón. Debe ser poca, porque hay poca fruta, pero no nos alejamos de esos mercados.
Este año, las consecuencias de las adversidades climáticas “las venimos padeciendo todos los productores citrícolas de la provincia con daños de diversa magnitud, y dependiendo de cómo se presentó el frío y la sequía” en las diferentes quintas limoneras, comenzó diciendo el productor Pablo Frías Silva, de la CA Justiniano Frías.
En el caso de numerosas quintas ubicadas en el pedemonte, los fenómenos de las heladas no fueron tan severos y, en lo referente a las sequías, la falta de agua fue notoria, salvo en aquellos que poseen equipos de riego donde pudieron minimizarse los daños, siendo este el caso particular nuestro, observó el citricultor en diálogo con LA GACETA Rural, sobre el cuadro de situación de la actividad.
Creo que “la inversión en riego por goteo en nuestras quintas, mejoró rotundamente los rendimientos de fruta, tanto en calidad como en cantidad”, en valores promedios del 30%, desde que tenemos el riego, siempre hablando de años normales, señaló Frías Silva.
En el caso de los años con falta de lluvia, por suerte “se logró minimizar los efectos dañinos, a la vez que logramos fertilizar, además de regar adecuadamente”, dijo.
Las heladas
“La floración de la primavera pasada fue muy buena y pensábamos que tendríamos una muy buena producción, hasta que aparecieron las heladas, que a pesar de que estamos en una zona protegida algunos daños se dieron”, acotó. “No tuvimos heladas de fruta directamente -prosiguió-, pero si se sintió el frío, sobre todo porque se vio una gran caída de cuajes”, algo bastante superior a lo que ocurre normalmente si no suceden heladas, por lo que “sin duda el frío igual algo perjudicó”. “A pesar de la zona en la cual estamos y de contar con agua para regar, los problemas climáticos incidieron ya que algo disminuyó el rendimiento cultural, en más o menos un 20%, pero también se ve una baja de calidad”.
En años normales, “generalmente tenemos descarte de un 10%, de la fruta que cosechamos para exportación que va a industria, pero este año llegamos a valores cercanos al 40%”, reconoció.
Indicó que el otoño y lo que va del invierno, que fueron húmedos y lluviosos, no permitían cosechar la fruta que estaba ya lista para el proceso de empaque, ya que la turgencia que siempre tuvo hacía que se manchara con facilidad. “Podíamos cosechar un día, otro no, por lo que decidimos realizar una cosecha selectiva utilizando un aro 62, por lo que tuvimos que pasar por la finca hasta seis veces”, precisó.
Hoy no se puede hablar de resultado, ya que “todavía hay fruta colgada en las plantas, que deberemos cosechar a medida que esté lista y se pueda llegar a entrar con los cosecheros. La verdad es que como se presentó este año no podemos quejarnos, ya que, en el caso nuestro, los daños no son muy significativos si comparamos lo que le pasó a la mayoría de los productores”.
Buena sanidad
Respecto de las condiciones sanitarias de las quintas, señaló que “es buena, ya que se lograron hacer hasta nueve aplicaciones y cumplir con todos los requerimientos fitosanitarios”, que especifica la normativa para exportar fruta a los mercados internacionales.
“Hoy nos preocupa cómo saldrá la actividad, con las adversidades climáticas que se vienen dando y las que podrían suceder, ya que se habla de heladas tardías nuevas, pero esperemos que esto no suceda ya que agravará más la situación”.
“Sí se observa que aumentó un poco la producción de fruta de verano, que es fruta que va al mercado interno, por lo que muchos productores se esperanzan que en el verano las cosas puedan mejorar un poco”, dijo como un deseo.
Le gustaría decir que “los productores no debemos bajar los brazos y seguir apostando a esta importante actividad”, pero “este esfuerzo debe ser acompañado por todos los factores de la actividad y cumplir con las normativas fitosanitarias para proteger a nuestra zona del HLB y no permitir su ingreso”. Por ello, sin dudas, que “los esfuerzos de usar plantas sanas para nuevas plantaciones y fortalecer los controles de viveros y de transporte de material vegetal y fruta en las rutas, son fundamentales para prevenir esta peligrosa enfermedad, que si aparece sería nefasta para la citricultura regional y tucumana”, advirtió.