Cuando el doctor Héctor Arquez, presidente de la Asociación Tucumana de Salud Ocupacional, tuvo que definir el desafío más importante que enfrentan fue contundente: “lograr de los profesionales implicados el compromiso de evitar entrar en la maquinaria del fraude laboral -dijo preocupado-. Es indispensable que las acciones de médicos tratantes, auditores y letrados desalienten acciones como estas”. Puede parecer una solución muy voluntarista, pero la propuesta queda respaldada científicamente.
El economista tucumano Martín Luccioni está a punto de defender su tesis de maestría en Buenos Aires. En ella analizó el problema de las autolesiones desde el punto de vista económico, por medio de lo que llamó “modelos de decisión racional”.
“La hipótesis es que las personas siempre quieren estar mejor. Entonces surge la pregunta: ¿cómo es posible que se autogeneren un daño?”, explicó y enumeró tres posibles motivos: el desequilibrio psíquico, la motivación judicial (poder argüir defensa propia en caso de un crimen) y el económico.
Martín se centró en este último: “la autolesión es una herramienta que busca disimular un fraude”, aseguró, aunque reconoció que para llegar a apelar a esa herramienta las personas deben encontrarse en una situación extrema.
“Normalmente, la idea de autolesionarse causa repugnancia. Quienes apelan a esta herramienta suelen ser personas que no pueden acceder a mejoras laborales de ningún tipo, o que necesitan de pronto sumas grandes de dinero y no tiene acceso a ellas”, explicó y destacó que desde el punto de vista económico se persiguen dos objetivos básicos: disminuir las pérdidas de las empresas y evitar el costo social.
Con estas premisas, desarrolló un modelo matemático que simula estos comportamientos y llegó a una conclusión básica: “los modelos demuestran que para desincentivar estas conductas hay que construir un compromiso creíble de políticas de auditoría”, señaló. En otras palabras, que cada aseguradora y los profesionales que intervienen en el proceso se comprometan con la severidad de los controles. Claro que, además, los trabajadores que estuvieran dispuestos a apelar a este tipo de fraude deben estar bien informados de que la herramienta de la autolesión ha dejado de ser exitosa, y hasta puede ser sancionada.