Tucumán Rugby es un claro ejemplo de operación conmutativa sui generis: nada altera el producto, ni el orden de los factores ni su reemplazo. Entra fulano, sale mengano, zutano cambia de puesto, y todo sigue igual: el “verdinegro” gana. Su impecable lista de víctimas ya suma 12 nombres tachados de 15 posibles. Ayer, en la apertura del 12° capítulo del Regional “Copa LA GACETA” le tocó a Natación padecer los efectos nocivos del ritmo feroz con que se juega en Yerba Buena. Al dueño de la cancha le costó entrar en sintonía, pero cuando lo hizo, se indigestó: 83 a 11, con cinco puntos de recompensa que llevaron su bolsa total a 54 (nueve por encima de su escolta Cardenales, que esta tarde recibe a Old Lions).

Efectivamente, la inclinación de la balanza fue progresiva. Al principio, los “blancos” jugaron de frente y hasta sorprendieron con un try de Lucas Escobedo al minuto de juego. Con actitud, mantuvieron a raya al local, que recién después de la primera media hora comenzaría a sentirse superior. La velocidad de su ataque fue mayor a la de Natación para reagruparse defensivamente, y los espacios comenzarían a aparecer. Se sabe: cuando los tres cuartos “verdinegros” encuentran el pasillo, por mínimo y sinuoso que sea, se lanzan como flechas enjabonadas.

Lo insinuado sobre el final de la primera etapa explotó en la segunda: Tucumán Rugby sacó la ametralladora de sus backs para liquidar con nueve tries más a un Natación ya desgastado, que hizo lo que pudo, mientras pudo.