No se ha apagado del todo la euforia del subcampeonato de mundo conseguido por la Selección Nacional en Brasil, cuando han comenzado a ventilarse irregularidades en la venta de entradas para acceder a los partidos del Mundial, en la que estarían involucrados dirigentes de la Asociación del Fútbol Argentino. La cadena ESPN de Brasil divulgó un video en que la que se ve al gerente del Departamento Selecciones de la AFA, Omar Souto, vendiendo localidades en dólares (http://mundial2014.lagaceta.com.ar/nota/599637/mundial-futbol-brasil-2014/mira-video-compromete-afa-reventa-entradas-mundial.html#viewGallery). También son mencionados Alberto Capuchetti (jefe de seguridad del plantel) y Luis Segura (vicepresidente de la AFA).

El precio de las entradas era de 90 dólares (poco más de $1.000, según la cotización del “blue”). En las dos primeras fases del torneo, la reventa alcanzó los U$S2.000 y U$S3.000 y para la final se ofrecía un boleto a $130.000 por internet y a U$S7.000 en las calles brasileñas.

El secretario general de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) declaró que se hace todo lo posible para combatir la reventa ilegal de entradas. “Nosotros vendemos todos nuestros tickets por el valor nominal. Luego hay tres millones de boletos fuera del sistema, que van a delegaciones futbolísticas, socios comerciales... No hay forma de controlar la venta fuera del sistema”, dijo. Las entradas no utilizadas sólo deben transferidas a otras personas a través del propio ente rector.

El vicepresidente de la AFA reconoció que vendieron entradas, pero negó que las hubieran revendido. Señaló que las vendieron al precio oficial. “Nos tomamos el trabajo en el hotel que estábamos instalados con Julio Grondona, padre e hijo, de vender las entradas... por ejemplo el día del partido contra Bélgica, que ellos devolvieron entradas, atendíamos a la gente que podíamos atender, le pedíamos el documento, lo anotábamos en una planilla y le vendíamos las entradas a precio oficial. Nadie puede decir que se cobró un centavo más. Una cosa es vender y otra revender”, afirmó. El directivo agregó: “Lamento profundamente haberlo hecho, porque ahora me estoy comiendo un garrón. Acepto que es desprolijo”.

Durante el último Mundial jugado en Sudáfrica en 2010, ya se había registrado un precedente, cuando hinchas denunciaron que terceras personas les habían vendido tickets con los nombres impresos de dirigentes de la AFA.

Más allá de si la investigación iniciada por la Subsecretaría de Inteligencia de Río de Janeiro y por la Delegación de Representación de Crímenes Organizados llega a comprobar o no el supuesto hecho de corrupción, es lamentable que la Argentina se vea involucrada en situaciones deplorables que ponen un manto de dudas sobre nuestra honorabilidad. Si ya se habían registrado denuncias hace cuatro años por la reventa de entradas que involucraban a la AFA, los dirigentes debieron extremar los recaudos para no dar lugar a la reiteración de acusaciones.

No se trata, por cierto, de una denuncia menor la formulada por la cadena ESPN de Brasil. Da la impresión de que el fútbol y la transparencia difícilmente lleguen a llevarse bien en nuestro país, si los dirigentes siguen transgrediendo las normas, y quedan permanentemente en offside.