“Dios escuchó mis ruegos”, señaló Carlos Chacana luego de que el técnico Osvaldo Bernasconi le dio el visto bueno para incorporarse al plantel de San Martín. El delantero que hace 11 años inició una excursión futbolística por el continente asiático, superó la prueba de suficiencia y en las próximas horas firmará el contrato con la entidad de La Ciudadela.

El delantero está viviendo unos días muy especiales, no sólo por el regreso, sino también por cumplir un viejo deseo: volver a estar cerca de la última morada de su hijo Galo Igor, que falleció hace tres años.

“Es que no puedo vivir lejos de él. Hace tres años que lo perdimos y aunque físicamente estábamos lejos, en nuestros corazones y oraciones siempre lo tuve, junto a mi esposa Priscilla y mis otros hijos Carlos Tiziano y Ronen. Pero ahora estoy feliz por partida doble y aunque el dolor de no tenerlo conmigo será eterno, podremos ir a visitarlo cuando deseemos”, dijo Chacana, con lágrimas en los ojos y quebrado emocionalmente, casi sin poder articular palabras, luego del entrenamiento de ayer.

-Imaginamos entonces para quién será la dedicatoria de tus goles en los “santos”...

- Como tiene que ser. Él desde el cielo me ayudará a que pueda hacer feliz a mucha gente, especialmente a su madre y sus hermanos que cada día lo extrañan más. En cada gol, elevaré la vista al cielo y lo buscaré en alguna estrella para que comparta mi alegría. Ese será mi rito.

“Chaca”, que iniciará su tercer ciclo en la entidad de La Ciudadela, confiesa que ya le comunicó la novedad a su esposa, que actualmente se encuentra en Israel, y que se puso contenta. “No es fácil dejar atrás 11 años de vida allí y pegar la vuelta, pero la decisión ya estaba tomada. Si hasta ahora seguía allí, era sólo por mi actividad deportiva. Eso ya se solucionó”.

A pesar de sus 38 años, Chacana trabajó desde el primer día de la pretemporada junto al resto del plantel, demostrando que su estado físico es impecable. “Es que nunca descuidé mi preparación a pesar de no estar jugando oficialmente. Cuando le pedí esta chance a los directivos, sabía que podía superar la prueba. Soy muy autocrítico y no me hubiera arriesgado a este desafío sin tener la seguridad de superarlo. De ahora en más, tengo que responderle en el campo a quienes confiaron en mí. Les estaré eternamente agradecido”, dijo, soñando con goles y aquellas dedicatorias especiales.