LONDRES.- Agigantar la leyenda o recuperar la cima del ranking. Entre esas dos potentes alternativas se mueve la final de Wimbledon que disputarán desde las 10 el suizo Roger Federer y el serbio Novak Djokovic, un duelo con historia y récords garantizados sea cual sea el resultado. “Estoy lleno de motivación para ganar esta final. Quiero ganar el título. Significaría mucho mentalmente para mí”, anunció el serbio, que perdió sus últimas tres finales de Grand Slam y no se alza con un torneo grande desde el Abierto de Australia de 2013. Un triunfo tendría premio doble para Djokovic, ya que además le garantizaría el primer lugar del ranking por delante de Rafael Nadal.
Gane o pierda, Federer ascenderá hasta el tercer puesto de la clasificación, pero los rankings son lo de menos para la leyenda suiza. Siete veces campeón en Wimbledon, Federer buscará una octava corona que lo deje en soledad como el máximo campeón del torneo más tradicional, por delante del estadounidense Pete Sampras y el británico William Renshaw que brilló a fines del siglo XIX. “La octava maravilla”, resumió el diario “The Times” el objetivo que persigue el suizo.
La final también ofrecerá un duelo de dos entrenadores que marcaron una época. El alemán Boris Becker, a cargo del serbio, y el sueco Stefan Edberg, colaborador del suizo, intentarán saborear el título desde un lugar diferente, 24 años después de la última de las tres finales consecutivas que jugaron en Londres. Un condimento más para un duelo que tendrá su lugar asegurado en los libros del tenis. (DPA)